sábado, 16 de abril de 2022

RECUERDOS EN MOVIMIENTO (XI): DESEANDO AMAR Y TARKOVSKI


Antiguamente si alguien tenía un secreto que no quería compartir, ¿sabes lo que hacía? Subía a una montaña, buscaba un árbol, le hacía un agujero y susurraba el secreto. Luego lo cubría de barro. Y dejaba el secreto ahí para siempre...


Un día M... me enseñó unas obras que acababa de hacer. Creo que eran máscaras o dibujos preparatorios; tal vez, alguna pintura. Me pareció que por primera vez me mostraba, sin velos, una parte muy oscura de sí misma. Si hubiera caminado por esa senda, hubiera llegado a lugares extraños e inquietantes. Decidió no hacerlo; prefirió sublimar, embellecer, ocultar... Como siempre había hecho. Cada uno toma las decisiones y el camino que cree mejor. Y ha de asumir su responsabilidad. Aunque se equivoque. O tal vez, no. 

En una ocasión me contó un secreto. Era oscuro y doloroso; no quería que nadie lo supiera. Buscó un árbol en Internet y allí lo guardó. Pensé, soberbio, que ese secreto merecía algo más; quise utilizarlo en una de mis historias. No le pedí permiso. Mi vanidad pudo más que el respeto que debía a una amiga. 

Traicioné su confianza. La amistad se rompió. 


A M... le gustaba Tarkovski. No recuerdo si vimos juntos alguna de sus películas en la Filmoteca. Veinte años de amistad dan para miles de historias y conversaciones. En muchas de ellas no compartíamos el mismo punto de vista, pero en lo esencial nos entendíamos. 

Recuerdo una escena que le atraía de La infancia de Iván...

Nuestros miedos y deseos más profundos. Hay violencia y poesía. Podemos elegir una u otra, pero nunca tendremos Eumenides sin Erinias. Ambas están dentro de nosotros...

Vimos juntos alguna película de Wong Kar Wei. No recuerdo exactamente cuál fue. Tal vez Deseando amar. 

Mis recuerdos con ella, pasados los años, son borrosos y vagos. ¿Qué películas fuimos a ver a una sala de cine? 

Un baile de dos cuerpos, de miradas y roces sutiles. Deseo sublimado por el recuerdo. La realidad siempre nos decepcionará. Imperfectos, estamos hechos de barro, aunque aspiremos a ser polvo de estrellas.


Él recuerda aquellos años como si mirara a través de un cristal cubierto de polvo. 

El pasado es algo que podemos recordar, pero no tocar. 

Y todo lo que se recuerda es borroso y vago...

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