miércoles, 14 de septiembre de 2016

LA VOZ DE MI MADRE


1.

            Era ella. La reconocí. Era su voz.

            -¡Santi!

            Sólo pronunció mi nombre. No recuerdo otra cosa del sueño. Acabo de despertar…

            Las voces de otros. Se mezclan. Se definen. Nos atrapan. Nos rodean…


2.

            Voy al dentista. De camino tarareo Al alba. Aute está en coma.

            Una pareja de ancianos sale de un centro comercial; ella se cruza conmigo. No sé porqué pienso en mi madre.

            Ella murió al alba. El alba de un día de verano. Frío y cortante…


3.


            La imagen que se repite. Ella está a punto de caerse. Anda a duras penas: como una anciana. Pulmonía. Neumonía. Embolia.

            Podía haberla salvado. No lo hice. La culpabilidad. Vuelvo a esa tarde una y otra vez…


4.

            -No deberías verlo –me dice Marcos.

            No puedo evitarlo; miro al interior de la habitación. Dos enfermeros colocan su cuerpo en la camilla: ese cuerpo cubierto por un plástico. Esa mano que cae a un lado: la que cogía la mía cuando paseábamos por la playa, la que me acariciaba de niño, la suya…
         
5.

            Un libro: Muerte de un silencio de Clemence Boulouque.

            Un documental: La hija del juez de William Karel.




            "...La última vez que estábamos a su lado. Una proximidad inútil..."

            Cuenta la muerte de su padre.

            No puedo seguir leyendo. Cierro el libro. Lloro.

            Las muertes de los padres no se parecen; el dolor de los hijos, sí.


6.

            "...en las fechas resuenan desgracias pasadas… Las vidas de los muertos es un collage…"

            He soñado con ella.

            He escuchado la voz de mi madre. He visto su rostro. He recordado su última mirada, la fragilidad de su cuerpo.

            No puedo dejar de soñar con ella. No quiero que desaparezca del todo.

No. ¡No quiero!


7.

            Un niño juega con su madre. Las risas de un niño que no respeta las reglas de juego. Me imagino como un padre: el que nunca seré…

            Los ojos se abren al mundo. Los míos.


            Dedos que escriben palabras. Muchas imágenes. Algunas voces. Viajes. Movimiento…