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viernes, 3 de agosto de 2012

VIAJE A IRLANDA y III


DÍA 9:

Al despertar en la cama de abajo hay un rostro y un cuerpo de mujer. Dormimos en una habitación mixta con otras cuatro personas. Sin gafas no la distingo. Cuando me las pongo, no es tan bella. Nada es más hermoso que lo imaginado. La realidad todo lo reduce, lo empequeñece; sobre todo, el deseo.
Una expresión nueva: casas de pin y pon.
Clocmanoise. Lugar solitario y mágico (ruinas) al borde del río Shannon.




Tranquilidad y reposo antes de la llegada de un grupo de turistas. Desayuno en una zona comercial de Athlone en una carretera de paso. Leemos el Irish Independent; fotos de los funcionarios, policías de protesta en Madrid. Muy lejano, aquí, de vacaciones.
Entramos en Irlanda de Norte; banderas unionistas a lo largo del pueblo. En el albergue, un irlandés extraño, Michael. Visto y no visto. Esperaba una llamada; estaba nervioso. Nuestro dominio del inglés, escaso, deja abierto todo tipo de elucubraciones: esposa, un hijo, otro en camino, un amigo. Desapareció y no lo volveremos a ver.
Tensiones del viaje entre Julio y yo: las suavizamos.
Agotados nos dormimos pronto. A las doce Julio se levanta y sale un par de horas; ¿encontró a una irlandesa borracha y se la folló como me cuenta luego medio en broma, medio en serio? Siempre me quedará la duda.

DÍA 10

Me levanto y mientras Julio se ducha y se viste me voy a la sala de estar; allí en la televisión veo la reposición de una serie de los 80, Arriba y abajo. Una espléndida crítica social, contundente y elegante. El capítulo giraba en torno a una chica que tenía un niño que nace muerto a escondidas abajo, mientras arriba se celebra una fiesta con el rey Eduardo VIII. Magníficos actores y extraordinarios secundarios. El título del capítulo: Guest of Honour.



En un mapa discutimos si Chipre está dividido o no en dos; al final lo estaba, aunque de una manera peculiar. Somos dos cabezotas que no admiten su equivocación.
Londonderry; borrado el London en algunas señales. Paso por Omagh; recuerdo del atentado. Banderas británicas; Julio, al fin, compra en un centro comercial. Paseo por las murallas; pintadas del Derry Libre a lo lejos. Cementerio, estadio, bandera negra por el acontecimiento de Derry en 1972.


Se nota que a Julio no le interesa entrar en el barrio católico y a mí me da igual; así que lo evitamos.

Calzada del gigante; nuevo robo a mano armada por llevar coche. Demasiado cara la entrada para un paisaje natural.



Albergue de Park City a unos kilómetros. Al borde de la playa, tiendas de campaña: una fiesta de la paz. Tiendas iluminadas en las que se escuchan poemas de amor en inglés y música abstracta. Una experiencia curiosa en un espacio privilegiado.

DÍA 11:

Encuentro con suizo y familia en direcciones opuestas; habla español, trabaja en España. Paseo por la A-2 carretera alrededor del mar. Tienda de productos del lugar abandonada.

Encontronazo en la cocina del albergue de Belfast por la comida; suavizado con paciencia mutua. Nos paseamos; discusiones de pareja…de amigos.
Barrio del Titanic; Parece Bilbao antes del Guggenheim; reconversión turística.


Centro histórico; saliendo del trabajo, estresados. Mezcla de razas, ciudad post-industrial. Adolescentes chonis en el MacDonalds; alternativos frikis en los bancos del Town Hall. Johnnys a las puertas del pub. Un francés que ha estado en Pamplona y Bayona. Un tipo se acicala el pelo delante del albergue; un vasco que nunca ha viajado solo empieza su periplo en Belfast; un anuncio que invita a la vida y desaconseja el suicidio…
En el Mac Donalds Julio volviendo una y otra vez a la crisis; con su wifi y sus centros comerciales. Foto de una manifestación de funcionarios, ¿dónde era? Me aburro; mientras Julio sigue con sus wifis, sus mensajes a una tal Merry; ¿quién es Merry? y a jugar con ella para que adivine ¿dónde estamos?
Lo de la manifestación, lejano y distante, ajeno, como si no tuviera que ver con mi vida. Me aburre. Foto del MacDonalds en respuesta a otra de Alicia con dos amigas. Ensoñaciones de Julio con una desconocida irlandesa.
Chonis, esas “muñecas de pollo irlandesas” en palabras de una española. Colas y colas que pasan; Y Julio con su wifi. Un video sobre los funcionarios en el iphone; Mario Conde populista en el Gato al Agua –otro de uno de UPyD soltando un discurso muy agradable en estos tiempos- Descubrimos que Merry no sabe de geografía. Alicia sí sabe; pero Julio prefiere hablar con Merry. ¿A quíén le importa esa Merry? A nadie. 
Y nosotros no comemos. Más y más pasan y comen. Y Julio sigue con su wifi.
La Choni gritando como una verdulera. La adolescente española: “esa muñeca de pollo”. Y Mario Conde habla, habla… Julio perdido en las ondas, irrecuperable…

DÍA 12:

Termina el viaje en coche; tranquilidad. Nos ponemos en marcha.
No podemos visitar Newgrange. Demasiado tarde.
Llegada a Dublín sin sobresaltos. Entrega del coche.


Siesta en el albergue en el sillón. Conversación entre italianos y españoles que trabajan allí. Visita en un autobús turístico con Salva. Gratuito.
Quedada con Carlos. Mientras le esperamos, historia inventada de una chica que espera. La realidad de nuevo decepciona. Buen sitio para comer: salmón, pavo, dos Guinness.
Carlos bebe el doble que nosotros. Quedamos en vernos mañana, pero ya no volveremos a vernos…

DÍA 13:

Visita a museos: Arqueológico, Nacional Gallery. Adolescentes y sus cursos de idiomas y sus visitas turísticas.
Algunos cuadros; muy pocos. Los museos irlandeses son pequeños y gratuitos, bien organizados, convencionales.
En el albergue, irlandés gracioso, mexicano paciente de Guadalajara, coreano pesado. Parece un chiste.
Paseo hacia el puerto; nuevo barrio moderno; antes, industrial, alrededor de un estadio donde el próximo martes cantará Madona. Clase alta. Tengo un ataque de polen. En O Connell mientras explico lo de la independencia de Irlanda, una borracha me toca el culo y me lo aprieta. Yo continúo estornudando. Ignoro si ha sido por la impresión y el susto… Hace mucho que nadie me tocaba el culo.
Cena en un kebab; me sienta mal.
En el Temple con fuerte dolor de tripa, a mi alrededor, caos. Muñecas de papel con tacones altos, borrachos y borrachas que beben de más; chicas feas disfrutando de una
fiesta de despedida de soltera; a una de ellas sin bragas se le levanta la falda como a Marylin: homenaje involuntario. Aplausos de todos. Lo que hemos visto no estaba mal…
De camino entre retortijón y retortijón hablamos con dos canarias y con dos primas, aragonesas.
Liberado de la carga completamente, descanso. El viaje termina.

DÍA 14 Y ÚLTIMO:

Desayuno con las aragonesas y un tipo que trabajó para Franco bastante peculiar. Tour por Dublín junto a María Jesús y Belinda, las aragonesas; antes, compras a toda pastilla.
Amabilidad de María Jesús: bonito detalle conmigo. Trabaja también en la pública. Nos damos los e-mails. Vuelta al aeropuerto. Invito a Julio a que envíe un mensaje a Alicia. 
El tiempo en Irlanda nos despide a su manera; volvemos al calor en Madrid.
Un grupo de monjes ortodoxos en Dublín nos despide; uno de católicos en Madrid nos
recibe. Cansancio. El viaje ha terminado.

jueves, 2 de agosto de 2012

VIAJE A IRLANDA (II)


DÍA 3:

Recogemos el coche alquilado: no era la marca que pedimos, pero nos dan un buen coche. Desde el principio las dificultades monetarias de Julio salen a relucir. Las visitas turísticas son caras. Descartamos la de Powerscourt y aprovechamos para pasear por un cementerio cercano, sencillo y bien cuidado. En Glendalough paisaje precioso y cementerio tranquilo. Ruinas, lago, río…




Encuentro con españoles a los que Julio busca con mucho más interés que yo.
Julio está cansado; descanso y siesta a un lado de la carretera.


Comida rápida junto a un perro educado e interesado por nuestra comida.
Llegada a Cashel; estancia alrededor de las siete. Julio descubre por wifi que Rajoy le ha quitado una paga extra: parece cabreado. Por mi parte, todas estas medidas las veo muy lejos; estoy de vacaciones. Las deudas de los bancos serán nuestras; bueno, eso ya lo sabía. Mi cabreo está más atemperado: llevo un año cabreado y el enfado actual de Julio me parece exagerado y tardío. ¿Sentimiento de culpa por haberle votado? Dentro de un año, dentro de unos meses Julio habrá tragado, como todos haremos, esto y más. El cabreo se quedará en nada.
Cuando nos recibe en el albergue, la responsable muestra ese rasgo tan acusado y algo incomprensible: el humor irlandés. El albergue deja que desear comparado con el de Dublín.
Adolescentes aburridos sentados a las puertas de unas tiendas y unos pubs cerrados y vacíos en un día laborable. Ambiente de un pueblo cualquiera. Cena frugal en la cocina del albergue y de nuevo otro perro desea lo que no va a tener…

DÍA 4:

Desayunamos en un coffee shop decorado al estilo de un Bed and Breakfast. Tranquilo y relajado. Visitamos el Rock of Cashel con un tiempo nublado. Lluvia constante.



Llegamos a Cork, una ciudad pequeña. En la iglesia lápidas de mujeres y hombres olvidados;





...de repente crujido de una rama; cae de manera estrepitosa y asusta a los escasos turistas que estamos a su alrededor.
La zona comercial se encuentra entre los brazos de un río; zona desecada.



Indigentes meando mientras cenamos un pastel. Entramos en un pub: canciones y un grupo de españoles aplaudiendo.
Tres amigos se colocan delante de nosotros con sus Calsberg; nosotros, con dos Guinness.
Borrachera en la calle. Ambiente universitario. Un chico toca un violín en medio de la calle; otra canta borracha a voz en grito. Estos irlandeses parecen tener cierto sentido musical…

DÍA 5:

Desayuno irlandés completo. De Cork a Killarney. La naturaleza a nuestro alrededor. Paseo tranquilo entre poneys, carros y caminantes. Bonito paisaje.



Killarney: un pueblo de paso. Muy turístico.
Paseo en coche por una parte del King of Kerry: encuentro con una pareja catalana que va en coche con sus bicis en Lady¨s view. Nos volveremos a encontrar varias veces en los próximos días. Mosquitos a última hora. Nos encontramos con una “procesión” en Kenmare: parecen tartas y cocineros los que hacen el desfile.

DÍA 6:

Carretera local estrecha. Vista espectacular. Casi atropellamos a un perro que corría feliz con su dueña. Nos reímos, pero de buena nos hemos librado. Iglesia, cementerio y playa, todo a una. A lo lejos, los Cliffs of Moher.



Dingle. Puerto pesquero y turístico. Paseo con buen tiempo. Delfín como reclamo. Perro y loro al servicio del turista.





Gallery Oratory: tres euros con un VHS cutre.
Vista espléndida; llegada al albergue.
Paseo por acantilados. Paseo por Dingle; guinness abandonada; tranquilidad turística.
Gaviota contemplativa. Puzzle imposible que no logramos terminar ni Julio ni yo. Cocina y cama.

DÍA 7:

6 de la mañana; las caminantes se levantan. Tiempo excelente.
Tres horas después tiempo nublado, lluvioso. Dos perros: uno tranquilo; otro, joven, inquieto.
Encuentro con españoles en una cafetería ante un desayuno irlandés completo.
Hablamos del trabajo en Irlanda y en España. Del sueldo en España y en Irlanda. De los políticos. Reflexiones sobre los recortes. Diferentes niveles de vida. Sueldos más altos. Nos despedimos.
Carretera y manta: Tralee, Limerick, Ennis y Cliffs of Moher. Parada corta en Enna; vascos hablando de amnistía en la tienda de la oficina de turismo. Un campo de golf y un parque para gente con dinero.
Cliffs of Mohern. 6 euros por persona, si vienes en coche. Al borde del precipicio.  Paisajes; bed and breakfast, muchos y económicos.


Claudia, una austriaca de un pueblo del sur de Viena, perdida. Necesita llamar por teléfono: una señora no venía y ahí estaba delante de la parada y la hemos ayudado y tranquilizado como dos caballeros españoles. Dos llamadas y la señora termina apareciendo. La buena acción del día.
Conocemos a un zaragozano, Carlos, amante de las motos, joven y noctámbulo. Ha vivido su experiencia en Irlanda y no ha encontrado trabajo; ha follado todo lo que ha podido, ha bebido más de lo que debía. Vuelve a España en septiembre.
Conversación con la pareja de catalanes mientras cenamos; y con Carlos en el pub. Asistimos a un amago de pelea entre un francés borracho y algo bocazas y un polaco, un armario. No llegan a las manos; una pena, me hubiera gustado ver una pelea como en las pelis de John Ford…

Sueño con Ana Plana I. Ana Plesia me envía un mensaje y nos vemos y allí está con otros alumnos de ese mismo año; al final del sueño veo a Ana Pl Iniesta, sentada, sonriéndome, esperándome…

DÍA 8:

Caravana a la entrada de Galway; luego paseo por Connemara. Paisajes, lagos, montaña…
Abadía. Historia de amor. El lugar se construyó para ella. Los huesos y las cenizas de ella y de él están juntos. Paisaje, lluvia.

Cong: no hay nadie. Ni siquiera el museo está abierto.
Pescado, donde comió mi hermano en Galway.    
Un  deseo, amar y ser amado. Tradición de la piedra. No se cumplirá.
Último encuentro con los catalanes en una tienda de chinos; fotografía de grupo. Cansancio de los dos.
He dormido mal; a rachas. Evanescencias eróticas durante la noche con Ana Pl. Iniesta.
Deseos ocultados… sueños que se difuminan…

martes, 24 de julio de 2012

VIAJE A IRLANDA (I): DÍA 1 Y 2

DÍA 1: 9 DE JULIO

Empieza el viaje.
Calor, comida copiosa. Cojo con tiempo el metro camino del aeropuerto. Suplemento de 2 euros. Allí me espera Julio. Se retrasa la salida. Ambos tenemos cansancio, sueño.
Conversación por teléfono a las puertas del embarque. Una chica habla por teléfono con un amigo; este tiene complicaciones con su ex-pareja que no le deja ver a su hijo y necesita un hombro donde lamentarse. Los problemas nos los llevamos; no los dejamos en la puerta de embarque...
Llegada a Dublín. Lluvia. Primera impresión. Pobreza en el centro de Dublín: vagabundos -a los que veremos muchas veces más adelante pidiendo bajo las gotas de lluvia, mientras otros bebemos Guinness en los bares del Temple Bar. Temple es el nombre de un señor; Barr significa en gaélico puerto. Es decir, el puerto de Temple.



Mientras llueve fuera, dentro bares a rebosar. Grupos de músicos tocando música tradicional o más alternativa. Unas horas en Dublín, una primera impresión...

DÍA 2: 10 DE JULIO

Desayunamos en una antigua iglesia convertida en comedor del albergue. No será la única transformación; los irlandeses no tiran abajo sus iglesias; las adaptan a los nuevos tiempos. En Cork la rodearan de un centro comercial; a unos pasos del albergue otra iglesia se ha transformado en unas oficinas. En la nuestra han aprovechado para mantener en una esquina, apartado, un confesionario y lo han decorado con banderas de los países con más alberguistas entre sus filas. Hay agua caliente, jabón en el baño. ¡Qué más se puede pedir!

Día nublado. Mercadillo, móviles en las tiendas. Julio enganchado al wifi...





Centros comerciales -algunos con cierta elegancia, que pierden cuando te fijas en lo que ofrecen-, precios parecidos a los de España.



Mucha oferta para el turista, la misma una y otra vez. En el puente de Half penny (el medio penique que tenían que pagar quien quería pasar), dos jóvenes vagabundos, alcoholizados.
Parques agradables para la vista, ideales para el esparcimiento y el descanso...



Vísita al Trinity College donde estudiaron los grandes irlandeses de su tiempo. Hasta el siglo XIX sólo los británicos; luego permitieron que algunos irlandeses pudieran disfrutar de ese privilegio. ¿Qué pensaban los ingleses de los irlandeses? Wellington es un buen ejemplo. Nació en Irlanda. cuando le dijeron que él era también irlandés, él les contestó: "Que haya nacido en una cuadra, no significa que sea un caballo"... Amén.
Dentro del Trinity está el arpa más antigua de Irlanda -nadie ya la toca, pero sigue siendo el símbolo de este país- y el libro de Kells. En la Long Room olor a libros antiguos; manuscritos, fotografías...
Fuera calles peatonales y comerciales; un parque cuidado en memoria de los caídos.
Lluvia, se abre el cielo, se vuelve a cerrar. Este será el tiempo que nos acompañará durante todo el viaje.
Nervios de un ciclista esperando a su compañero. Preparando el viaje en coche que empezaremos mañana.
Iglesias protestantes, castillo -sede inglesa hasta la independencia irlandesa- con una Justicia que no es ciega que da la espalda a sus ciudadanos; precios altos. En la iglesia de San Patricio,




Swift; un retrato, una tumba sencilla junto a su mejor amiga. El mismo Swift, gran escritor, que recomendaría en un opúsculo que los pobres vendieran a sus hijos para que los ricos los cocinaran y se los comieran; incluso, les escribió una receta para la ocasión. ¿Entenderían su sentido del humor?
En un cementerio cercano, cruces de diferentes tipos y épocas.
Un libro de rezos; Julio, creyente, escribe: "for my father and Santi ´s father".
Una tienda, un bar alrededor de las iglesias preparado por y para los turistas. Actitud pragmática como en NY.
Nos cruzamos con unos chicos que aprenden inglés. Un chico empieza a hablar en español; la monitora le interrumpe y le espeta: "habla en inglés". El chico no puede; la monitora le olvida y le desprecia. Lo siento, chico, hoy no habrá sexo...
Descansamos en un pub; sonrisa amable de la camarera que siempre se agradece.
De noche tomamos otra cerveza que no es la Guinness. No nos convence. La Guinness sigue siendo la mejor.
Mañana saldremos de Dublín y recorreremos Irlanda.