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viernes, 29 de diciembre de 2023

FINALES DE CINE (VIII) EXPERIMENTAR: LA JETÉE DE CHRIS MARKER


En los años sesenta se experimentó y mucho. Se buscaron nuevos caminos que desde el cine mudo nadie se había atrevido a transitar. 

Fue, sobre todo, el cine francés quien lo intentó con mejores resultados.

Les precedieron grandes nombres: Carné, Claire, Tourneur, Jean Vigo y Renoir. 

En Atalante, la última película de Jean Vigo, encontramos algunos elementos experimentales que aún suscitan nuestro interés.


Zero en conduit de Vigo es un alegato contra la educación tradicional decimonónica: no hay más camino, entonces, que la rebelión y el caos. 


El último plano, la última secuencia de la filmografía de Jean Renoir -podría haber elegido Un día en el campo, un maravilloso canto a la alegría, o La regla del juego, una crítica feroz a la burguesía o La gran ilusión, un alegato antimilitarista-, terminó en la India. El río se convierte en una reflexión elegante sobre la vida y el paso del tiempo. 

La siguiente generación bebió de estos clásicos y, aunque muchos asumieron con el tiempo las convenciones tradicionales y participaron en la industria, nunca olvidaron sus orígenes, ofreciéndonos grandes obras: Truffaut, Rohmer, Malle, Varda...; otros continuaron por ese camino, entre ellos, en la Novelle Vague, Jean Luc Godard o Chris Marker.

A bout de souffle abrió la veda.

Rohmer apostó por la sencillez. Tan fácil como contemplar Un rayo verde, si quieres ser feliz...


¿Lo era su protagonista en Los cuatrocientos golpes de Truffaut cuando nos mira, tras una carrera infinita, al llegar al mar?

 

Vania on 42 street de Louis Malle. Las últimas palabras de Sonia escritas por Chejov. Aceptar la derrota con dignidad. 


Revisitado en Drive my car de Murakami. 

En Italia estaba Antonioni. El final de La aventura, sencillo, sobrio, contundente es un buen ejemplo de sus obsesiones y de su talento. 


Pero es en El eclipse donde encontramos su final más experimental.

             

Varda que nos sorprendió siempre hasta el final, conservando un aire juvenil y atrevido en sus documentales, hizo una primera película de ficción, Cleo de 5 a 7. Allí gritó un inmenso sí a la vida, porque la muerte siempre está muy cerca...


El Hiroshima, mon amour de Resnais y Yourcenar lleva lo experimental a un nuevo nivel. El pasado se mezcla con el presente en una historia de amor que se repite como un bucle, en un espacio que se desdobla, en Nevers, en Hiroshima, con múltiples aristas. 


Al final, el nombre se convierte en una forma de reconocerse a sí mismo y al otro, de aceptar la memoria y no olvidar...     
   

Olvidar es lo que no puede suceder cuando hablamos del Holocausto. El final del documental Noche y Niebla de Alain Resnais nos recuerda que ahora mismo, mientras estás leyendo esto, está ocurriendo... 


"Mientras ahora les hablo, la gélida agua de los estanques y ruinas llenan los huecos de las fosas comunes, así como un agua fría y opaca como nuestra mala memoria. La guerra se adormila, con un ojo siempre abierto. La hierba fiel ha regresado de nuevo al patio de formar, en torno a los bloques. Un pueblo abandonado, aún lleno de amenaza. El crematorio ya no se usa. La astucia nazi está pasada de moda. Nueve millones de muertos en ese paisaje. ¿Quiénes de entre nosotros vigila desde esta extraña atalaya para advertir de la llegada de nuevos verdugos? ¿Son sus caras en verdad diferentes a las nuestras? En alguna parte entre nosotros, afortunados capos aún sobreviven, reincorporando oficiales o desertores desconocidos. Hay quienes no lo creen, o sólo de vez en cuando. Con nuestra sincera mirada examinamos estas ruinas, como si el viejo monstruo yaciese bajos los escombros. Pretendemos llenar de nuevas esperanzas, como si las imágenes retrocediesen al pasado, como si fuésemos curados de una vez por todas de la peste de los campos de concentración, como si de verdad creyésemos que todo esto ocurrió en una época y en un solo país. 

Y pasamos por alto las cosas que nos rodean y hacemos oídos sordos al grito que no calla".

Chris Marker colaboró en el guión de Noche y Niebla. La jetée de Chris Marker es, sin duda, una de las obras experimentales más conocidas por los cinéfilos. Los escasos veinticinco minutos que dura el cortometraje no dejan indiferente a nadie. Es una película de ciencia ficción y una extraordinaria historia de amor, más allá del tiempo. Son solo fotografías y una voz en off que nos atrapan hasta el final. 


Y ese final, circular, y, al mismo tiempo, necesario. La infancia y la muerte, unidas en un instante. El recuerdo, antes de ser vivido. 


El amor que se rebela contra el único final que nos espera a todos. 






viernes, 7 de diciembre de 2012

HACE 71 AÑOS... NOCHE Y NIEBLA.



Alguien se preguntará... ¿qué fue el decreto Noche y Niebla? El 7 de diciembre el mariscal nazi Wilhelm Keitel firmó un decreto, el Nacht und Nebel (NN). En este documento se exponían las bases para la represión y eliminación física de oponentes políticos y combatientes. Después llegaría la solución final. Alain Resnais junto al músico Hans Eisler y George Delerue y texto de Jean Cayrol y Chris Marker entre otros tomaron este decreto como referencia para hacer un documental en 1955 que aún nos emociona con su sinceridad, su dureza y su sencillez.

NOCHE Y NIEBLA

Son 30 minutos de maravilloso buen cine. Irónico, cruel, despiadado, directo, poético.
Sí, hay poesía. Hay poesía cuando vemos miles y miles de cabellos de mujeres que luego servirán para hacer alfombras. Hay poesía cuando vemos el color de un paraiso que fue convertido en infierno. Y hay imágenes que te conmueven como esta que no admite más palabras, porque ya no pueden salir cuando las ves.

Se combinan imágenes de archivo -algunas de ellas te dejan temblando- con otras rodadas en un espacio vacio, hermoso, inquietante...
Hubo muchos "alumnos" años después que han seguido y seguirán los pasos del régimen nazi. Así debemos entender el párrafo final del narrador:
"Mientras ahora les hablo, la gélida agua de los estanques y ruinas llenan los huecos de las fosas comunes, así como un agua fría y opaca como nuestra mala memoria. La guerra se adormila, con un ojo siempre abierto. La hierba fiel ha regresado de nuevo al patio de formar, en torno a los bloques. Un pueblo abandonado, aún lleno de amenaza. El crematorio ya no se usa. La astucia nazi está pasada de moda. Nueve millones de muertos en ese paisaje. ¿Quiénes de entre nosotros vigila desde esta extraña atalaya para advertir de la llegada de nuevos verdugos? ¿Son sus caras en verdad diferentes a las nuestras? En alguna parte entre nosotros, afortunados capos aún sobreviven, reincorporando oficiales o desertores desconocidos. Hay quienes no lo creen, o sólo de vez en cuando. Con nuestra sincera mirada examinamos estas ruinas, como si el viejo monstruo yaciese bajos los escombros. Pretendemos llenar de nuevas esperanzas, como si las imágenes retrocediesen al pasado, como si fuésemos curados de una vez por todas de la peste de los campos de concentración, como si de verdad creyésemos que todo esto ocurrió en una época y en un solo país. Y pasamos por alto las cosas que nos rodean y hacemos oídos sordos al grito que no calla".
No los olvidemos. Y no olvidemos que ahora mismo aún está ocurriendo.

sábado, 4 de agosto de 2012

CHRIS MARKER: UN PROVOCADOR




La semana pasada murió Chris Marker.
Es uno de los grandes y un gran desconocido.
En el cine no sólo tenemos el género narrativo; Marker apostó por el experimental. Abrió nuevos campos a un arte que como todos tiende a la uniformidad, a convertirse en un espectáculo de masas romo y repetitivo.
Marker no era uniforme; lo detestaba. Esta entrevista es un buen ejemplo:

ENTREVISTA

Podría elegir muchas muestras de su filmografía; algunos mucho más radicales.
Elijo La jetée. Dos decadas después Terry Gilliam le haría un homenaje en Doce monos.
A mí me sigue gustando la jetée... Hay lírica y romanticismo en esta historia de amor imposible contada de una manera especial a través de un fotomontaje.



Necesitamos a más provocadores y revolucionarios como Marker. Sin ellos el mundo será -ya lo es- mucho más aburrido.