miércoles, 6 de junio de 2012

RAY BRADBURY: UN ROMANTICO, UN HUMANISTA


Ha muerto hoy a los 91 años Ray Bradbury.
¿Quién fue? Un gran escritor, sin duda, un gran escritor de ciencia ficción.
Dicho así, nos quedaríamos cortos.
Fue simplemente, un gran escritor.

Un inventor de historias que supo ver el lado más tierno e íntimo de la naturaleza humana. Sus historias giraban en torno al hombre, como todas, pero en Bradbury había hacia sus personajes una comprensión, una ternura que convertía a sus creaciones en seres humanos muy cercanos.

Era un romántico, era un poeta, era un soñador.

Miraba al futuro y miraba al pasado. Y los amaba, porque amaba al hombre, como es, como será…
Escribió el guion de Moby Dick de John Huston y Melville. Es la historia de una lucha titánica, la de un hombre y una bestia. La del hombre capaz de destruir y destruirse en lucha permanente consigo mismo…





Encontramos humor en sus relatos, sin duda, pero también hay un deje de nostalgia, de pesimismo, de tristeza que convierte un relato futurista en una triste y serena reflexión sobre un pasado que pudo ser y no fue y nunca será. Eso es, en gran parte, su gran obra, Crónicas Marcianas. Los marcianos que quieren impedir su extinción, que es inevitable; los hombres que huyen de Marte cuando la nostalgia por una Tierra que se destruye les atrae irremediablemente; la comprensión hacia los seres humanos, aunque no tengan carne, sólo alma… Y máquinas rodeadas de seres humanos que ya no existen.



En una de las historias, Los largos años, Hathaway, un superviviente de la tercera expedición, espera a otros hombres para que le rescaten de Marte. Hathaway los espera junto con su mujer e hijos, o eso parece. Esos hombres –entre ellos, su capitán Wilder- llegan, pero llegan tarde. Hathaway, emocionado, muere de un infarto; antes, todos ya saben que esa mujer y esos hijos no son seres humanos. Son robots que Hathaway construyó, cuando murieron su esposa y sus hijos, para no sentirse tan solo. El capitán duda; debería matarlos. Pero no se atreve… Uno de sus hombres se ofrece a hacerlo, pero él tampoco puede: “…Ahora entiendo lo que quería decir… Entré en la casa. Una de las hijas me sonrió. Y también los demás. La mujer me ofreció una taza de té. ¡Dios, sería un asesinato! Wilder asintió. –Nunca habrá nada tan maravilloso. Sí, tienen derecho… tienen derecho a vivir, tanto como usted o como yo o cualquiera de nosotros…”
También esa mirada al pasado y a un futuro terrible e inhumano la podemos vislumbrar en Fahrenheit 451 de Francois Truffaut –otro maravilloso romántico- del año 1966 con la música de Bernard Hermann. Fahrenheit 451, la temperatura a la que se queman los libros. La libertad para los personajes será escapar de un mundo en el que los bomberos queman los libros, en el que leer un libro es ilegal, en el que aprender un libro de memoria nos permite conservar una parte de nosotros mismos, de lo que fuimos, de lo que llegaremos a ser.

FAHRENHEIT 451 PELICULA COMPLETA EN VERSION ORIGINAL

En un mundo insensible, inhumano, frío, que una chica se acerque a hablar contigo, se convierte en algo revolucionario y muy peligroso…

PRIMER ENCUENTRO ENTRE JULIE CHRISTIE Y EL PROTAGONISTA


Esa humanidad hace que Ray Bradbury sea un clásico.
En un gran clásico de la literatura universal.

“…Wilder subió a la casa con el viento del crepúsculo. Los hombres del cohete vieron que la sombra del capitán se detenía en el umbral de la casa. Vieron la sombra de una mujer. Vieron que el capitán le estrechaba la mano…”

“…De noche, y en esa casa, mientras ruge el viento y giran los torbellinos de arena y las estrellas frías brillan en el cielo, cuatro figuras, una mujer y dos hijas y un hijo atienden el fuego sin ningún motivo y conversan y ríen. Noche tras noche, año tras año, la mujer, sin ningún motivo, sale de la casa y mira largamente el cielo con las manos en alto, mira la Tierra, la luz verde y brillante, sin saber por qué mira, y después entra y echa al fuego un trozo de leña, y el viento sigue soplando y el mar muerto sigue muerto.”

viernes, 1 de junio de 2012

LOS MESES DEL AÑO EN EL CINE (VI): JUNIO



Después de mayo, el revolucionario mayo, el mes de junio nos parece descafeinado. Los exámenes, las obligaciones, los suspensos, el fin de curso. El calor... Ya no es lo mismo. Pocas películas encontramos de interés.
Hay una española del año 1960 de un argentino llamado Demichelli. Puede que la hayan echado por televisión. El tema: la noche de San Juan que invita a hacer locuras... hasta un límite. Una comedieta de la época...
Hablando de San Juan. El sueño de una noche de verano de Schakespeare ha sido adaptado muchas veces al cine con la sempiterna música de Mendelssohn. Hay una adaptación del año 1999 de Michael Hoffmann. Es aceptable, pero el reparto está muy descompensado y el conjunto flaquea.



Más antigua y más encantadora es la versión de William Dieterle y Max Reinhardt. Es una pequeña delicia en el que encontramos humor y fantasía.



Un acontecimiento que ha dado mucho jugo es el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944. Y muchas películas, sobre todo americanas, han mostrado el acontecimiento desde diferentes puntos de vista.
Del año 1956 es una de Henry Foster. Puro patriotismo.



Por supuesto, El día más largo de 1962. Dedicas toda la película a buscar a las estrellas que van a ir apareciendo en el metraje. Aquí se pueden ver algunas de ellas.




Un gran espectáculo, sin duda, que intenta ofrecer todos los puntos de vista posibles. Hollywood en estado puro. Palomitas y a disfrutar.



Salvar al soldado Ryan es la típica película de Spielberg. Que sí, que es un buen director, -reconozco sus virtudes, que las tiene- pero a veces te hartas de sus muchos defectos, entre ellos, una cargante sensiblería. Para quien la soporte, aquí tiene la película completa.


Voy a mencionar dos películas que, aunque no aparece Normandía en ellas, sí tratan de la segunda guerra mundial desde otro punto de vista, mucho más crítico, más reflexivo, más ambiguo.

El primero es la de Clint Eastwood. Uno de los grandes. Digno heredero de John Ford. En Banderas de nuestros padres se pregunta si la mentira o las medias verdades son validas en una guerra. La famosa fotografía de Iwo Jima sólo es una excusa para profundizar en las contradicciones humanas de sus personajes.



La cruz de Hierro de Sam Peckinpah es también muy interesante. Es cierto, es en el frente ruso donde suceden los hechos, pero me viene muy bien para hablar de otro director que nos ofrece una visión de la guerra muy diferente. El punto de vista es el de unos soldados alemanes que están hartos de todos y de todo. Y la visión de Peckinpah -uno de los mejores en reflejar la violencia y sus consecuencias- es pesimista y, al contrario que Spielberg, nada sensiblera ni patriótica.

La guerra, diría Peckinpah, es una mierda y punto.

Hablemos de John Ford. Es un día caluroso de junio cuando Liberty Valance es asesinado por el hombre que mató a Liberty Valance. El final de la película es triste, melancólico; la verdad no interesa y no hace felices a los personajes, sino desgraciados.

Para terminar recordemos que las vacaciones están a punto de llegar. En 1969 Stanley Donen dirigió un guión maravilloso, uno de los mejores que conozco, de Frederic Raphael. Sus protagonistas son Audrey Hepburn y Albert Finney. Es una película perfecta. Todo funciona a las mil maravillas. Cuenta la vida de un matrimonio a lo largo de diez años: sus comienzos, el enamoramiento inicial, sus crisis de pareja, sus discusiones, el egoísmo de ambos, sus momentos buenos, los malos... todo esto de modo original y divertido utilizando con mucha inteligencia como leitmotiv los viajes a Francia en coche -a veces de vacaciones; a veces por razones de trabajo- que lleva a cabo la pareja. Y los dos personajes son complejos y atractivos, contradictorios. Y te ríes y lloras con ellos. Y la música de Mancini acompañandolos...

 
 Pues eso, que las vacaciones ya están aquí.
Hasta julio.