miércoles, 22 de octubre de 2014

LA HORA DE LOS VALIENTES: HISTORIAS SALVAJES, LASA Y ZABALA, WINTER SLEEP






Hay momentos en que desearías decirle a un compañero de instituto –si se lo puede llamar así-, a un tipo que se comporta como un niño pequeño, que trabaja lo menos posible en su puesto de TIC, que si le criticas es capaz de denunciarte a inspección si se le presenta la oportunidad, decirle que es un incompetente y un impresentable.
Y cuando el equipo directivo con palabras vacías presenta una PGA o unas propuestas que son naderías sin consistencia para justificar el lento declive de un instituto y nos informan que al de mantenimiento le han bajado el sueldo porque no hay dinero y se culpa a la administración –todos los males vienen de fuera; nunca se asume la propia responsabilidad desde Rato al compañero que tienes al lado- y todos callamos en la CCP y el director dice: “si nadie dice nada, estamos de acuerdo”, entonces la desidia nos puede; miramos a otro lado. Tenemos miedo; preferimos la supervivencia. O nos callamos, porque si no, tendríamos que gritar…

En Historias salvajes los personajes no callan; estallan. La explosión puede llegar a ser catártica… y destructiva.

                                     

La risa es liberadora. Nunca haríamos lo que ellos hacen; pero nos gustaría hacerlo…
¡Cuántas veces nos hubiera gustado hacerlo!

 ...vivimos en la mentira y la hipocresía porque somos civilizados.
Y cuando dejamos de serlo, nuestra crueldad es infinita como nos demuestra la Historia y nuestro presente...

Lasa y Zabala

Lasa y Zabala es una buena película de género; bebe del thriller y de las películas de juicios. Y lo hace bien. Emociona y mantiene el interés -para aquel que intente mirarla con ojos sin prejuicios-, aunque sepamos de qué va la historia. Torturas, violencia de Estado, mentiras, cobardía, mirar a otro lado…


No la verá mucha gente fuera del País Vasco o Cataluña. Los temas tabúes están ahí; el dinero seguirá mandando; las taquillas se deciden desde los medios de comunicación… Aún los medios como el País -no digamos ABC, El Mundo o La Razón-, nos cuentan una visión falsificada de los últimos años en el País Vasco. No nos hablan de otro sufrimiento, de que los responsables del GAL estén la calle o en sus casas y sólo pasaran por la cárcel unos meses o un par de años...
Sin embargo, en el primer minuto hay una pequeña ventana a la realidad que se agradece.
La hermana de Lasa y la hermana de Zabala hablan a un micrófono.
“Tenemos que aprender a respetar al otro” “Hemos vivido en nuestros caparazones, que hemos construido durante años”. “Todos por las dos partes debemos ponernos en el dolor del que ha sufrido”

... ¡Torturas! ¡Cuánto dolor somos capaces de provocar en otro ser humano en nombre de la patria, la gloria y el honor! Aún mucho peor es la indiferencia o el ocultamiento de las realidades que nos rodean.

En Winter Sleep,

                                           

un intelectual, cínico, cansado, envejecido, es además un terrateniente que acepta un besamanos medieval en pleno siglo XXI, permite que otros desahucien en su nombre y es incapaz de entender a su hermana y a su joven esposa. Encerrado, rodeado de frío y nieve, obligado a enfrentarse a sus propias miserias, tal vez tenga otra oportunidad de redimirse, de abandonar la indiferencia y comprometerse.

Es la hora de los valientes.

Todos, tal vez algún día tengamos una oportunidad para ser valientes.
Tal vez algún día…