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lunes, 1 de enero de 2024

FINALES DE CINE Y COMIENZOS (y XI): LA ROSA PÚRPURA DE WOODY ALLEN

 

Mi gato, Yume, descansa. 

El sol le acaricia; lo recibe como un regalo. 

Cierra los ojos.


Jano, el dios de las dos caras lo sabía. Somos como el ave fenix; mientras respiremos, mientras nuestro corazón lata y nuestro cerebro imagine palabras y emociones. 

Hay finales que son comienzos.

Fue la última película de Clark Gable y Marilyn Monroe: The Misfits; escrita por Arthur Miller como un regalo para ella: un regalo envenenado, porque el personaje que interpreta es, sin duda, la Norma Jean vulnerable y frágil que acabaría suicidándose. Es una historia de perdedores -Gable moriría a la semana de rodaje por un infarto; Clift, alcoholizado; y sus personajes son un reflejo de ese dolor y esa tristeza-. Por eso, tal vez, un final tan esperanzador te emociona tanto. 

El sur de Víctor Erice empieza por el final. 

¿Qué le espera en el sur a la protagonista después del suicidio de su padre? ¿Un aprendizaje vital? No lo sabemos; Erice hubiera querido contarlo, pero no pudo. Tal vez nos baste con imaginarlo... 


En El sol del membrillo el final es luz y crecimiento. El cine que alimenta los sueños y refleja el paso del tiempo. Y la primavera, que siempre llega. 

El mundo de Apu es la tercera parte de una trilogía de Ray. La vida de Apu comienza con una infancia en la que la figura de la madre es esencial; luego, llega la adolescencia donde se imponen las ansias de libertad. Finalmente, en esta tercera, asistimos a la madurez del personaje. 

Sin quererlo, se casa con una mujer a la que acabará amando, pero en el parto ella muere. Apu culpa al niño de la muerte de su amada y lo abandona junto a sus abuelos. Sin embargo, unos años después, vuelve. Quiere cerrar heridas. Sin darse cuenta, ha regresado, para asumir su paternidad, pero, por un lado, él tiene que perdonarse a sí mismo y, por otro, debe ser el niño quien le acepte como padre. 

Apu espera, desea que el niño se acerque. El niño duda. El padre lo anima. Se abrazan; ya no volverán a separarse. 

Los Dardenne dan a Rosetta una oportunidad. Una vida en la marginalidad ha convertido a nuestra protagonista en un monstruo que solo sobrevive, con escasos medios, tras una coraza insensible, llena de ira. Las lágrimas finales la convierten en un ser humano.

Hay un comienzo en la sonrisa y la mirada de esa joven a la que Marcelo no puede escuchar en La dolce vita de Fellini: la ingenuidad y la inocencia y, al otro lado, una sociedad superficial y corrompida. 

No olvido el buen consejo de Nanni Moretti en Caro diario. Un vaso de agua se transforma en un canto a la vida. 

En Antes del atardecer dirigido por Linklater y colaboración en el guión de ambos actores, tenemos a Julie Delpy marcándose un baile, seduciendo a su compañero. 

Vas a perder el avión -dice ella-. 

Lo sé -responde él-...

En Eternal sunshine of the spot de Michel Gondry y Charlie Kaufmann, tras intentar olvidar su fracasada relación -borrando sus recuerdos; ¡qué ilusos!, ¿no sabemos todos que sin memoria no tenemos identidad?-, de nuevo los dos protagonistas, reconociéndose a su pesar, volverán a intentarlo. El Ok final es una apuesta. ¿No es eso siempre amar: arriesgar? 

En la calumnia de William Wyler, basada en la obra de teatro de Lillian Hellman, el personaje que interpreta Audrey Hepburn ha perdido a su mejor amiga, que se suicidó: víctima de los rumores de una sociedad pacata e hipócrita, víctima de sí misma, incapaz de aceptar sus emociones y su identidad sexual. ¡Solo dos generaciones nos separan de estas tragedias que eran, no hace tanto tiempo, cotidianas! 

La mirada de Audrey Hepburn, su dignidad, despreciando a todos, caminando sola, orgullosa, segura de sí misma, no es un final, sino un comienzo brillante, espléndido.


De Woody Allen hay muchos finales que recordar. La despedida y Manhattan con la música de Gershwin es inolvidable. Solo por ese final Woody Allen formará parte para siempre de la historia del cine. 

También me gustan los de Macht point o el de Annie Hall...

O el de Septiembre, con cierto parecido al Tío Vania de Chejov o su adaptación de Malle o el Drive my car... 

Pero el que más me emociona termina en una pantalla de cine. 

El lugar que, en muchos malos momentos, me permitió, como a la protagonista de La rosa púrpura del Cairo, sonreír, seguir adelante y comenzar de nuevo...


Yume abre los ojos y me mira. 





sábado, 9 de abril de 2022

RECUERDOS EN MOVIMIENTO (VI): OLVÍDATE DE MÍ O...


En el invierno de 2004 viví unos meses en Granada. Aún no entiendo muy bien porqué me fui a vivir allí. Sí, es una hermosa ciudad en la que estuve a gusto, pero las causas reales y profundas me obligarían a contar una larga historia que incluye, por un lado, un fin de semana tras la matanza del 11M y, por otro, a M... α y a M...  β

Estaba bastante confuso en esos tiempos. 

M... α tampoco estaba en su mejor momento en plena crisis afectiva; en los meses anteriores me había visitado en Bilbao -y le ofrecí una habitación de mi casa para dormir y ahorrar gastos-. Se había inscrito en un curso de Musicología. Me hubiera gustado conocerla mejor -me enamoré de ella, como era de esperar-, porque me pareció una excelente persona, tal vez, una de las mejores que he conocido. No fue posible...
M...  β se enamoró y se fue con lo puesto a Granada. Aún sigue allí, creo.
A M... α la volví a ver hace un año, más o menos. Me reconoció en el metro. Hablamos un rato entre estación y estación. Me alegró saber que está bien. 
A M... β la vi por última vez en un cine de Granada. Recuerdo una mirada que me heló la sangre; era comprensible. Ni me atreví a acercarme; ni intenté explicarme. He echado de menos su sentido del humor y su espontaneidad.

En fin, como ya dije, estaba bastante confuso por entonces. 

Había pocos cines de versión original. En uno de ellos estrenaron Olvídate de mí o en su título original Eterno resplandor de una mente sin recuerdos o algo parecido...

El título reducido me pareció adecuado a la situación que vivía; encajaba como anillo al dedo. Al fin y al cabo, era la historia de una pareja que volvía a cometer los mismos errores una y otra vez, aunque les hubieran borrado los recuerdos. Como si estuvieran ante un eterno retorno de lo idéntico. No podían evitarlo. Detrás del guion estaba la mente desquiciada y genial de Charlie Kaufman. 


Este final me gusta. Es un sí a la vida, como el que Nietzsche nos grita desde las montañas de Sils Maria.
Es arriesgarse y mirar hacia adelante. 
Los recuerdos no importan tanto, si dejas de pensar; sólo el futuro, si quieres despertar. 

viernes, 25 de septiembre de 2015

APUNTES (III): UN LUGAR AL QUE REGRESAR. HEART OF THE DOG/THE LOVE IS A LOSING GAME


Unos días en el festival de cine de San Sebastián.

Domingo.
Mi hermano y yo vamos en autobús: parada en Lerma. A la espalda de la estación de autobuses, un cementerio. La tierra seca, yerma. Colinas suaves. Graneros, polígonos, castillos, torres de paja. El color amarillo, verde grisáceo.
Algunos de mis personajes, los de la distopía que quiero escribir, atravesarán esa tierra en un tiempo en el que estará quemada, abandonada. Intento imaginármela.
Burgos, Álava.
Al entrar en Guipúzcoa, cambio de escenario. El color ahora es un verde brillante, protegido hoy por el azul del cielo. Ni una sola nube.
Dos y media de la tarde. Temperatura agradable. Donosti.
Nos cruzamos con una chica joven. No llegará a los treinta años. La miro de arriba abajo, discretamente, como suelo hacer. Combina el rojo y el negro con sobriedad. Es atractiva. Atraviesa, tranquila, decidida, una calle del barrio de Amara. Sonríe, segura de sí misma. Así me recibe siempre Donosti: con una sonrisa.
Esperamos en la plaza Constitución, comiendo unos pinchos en la terraza. Tres chicas ensayan un número. Música de Duke Ellington: Take the A train.



Sus cuerpos en movimiento. Sin música. Acompañadas por la música. Ensayan. Descansan. Una pareja, dos espontáneos, se lanzan y bailan improvisadamente un minuto: ¡Cuánta vitalidad! Nos saludan. Aplausos. También a C. y a mí nos aplaudían. No lo hacíamos mal, ¿verdad?
Fotografías de C. en Barcelona en la playa. Siento un pinchazo en el estómago. Será un día extraño: brillo en el agua del mar, reflejo de la luz. Melancolía.

Sunset songs: Dirección cuidada, personaje femenino fuerte. Imágenes que se quedan grabadas en la retina. Buena adaptación. Logra emocionarme a ratos.
Pikadero: combina el humor vasco, sobrio e irónico con un estilo a lo Kaurismaki. Los personajes se dejan querer. Sonríes, aunque la historia no deje de ser triste. Sales agradecido y con buen sabor de boca.
Mañana será otro día…

Lunes.
En el Kursal vemos Amama de Altuna: combina con elegancia el simbolismo y un realismo suavizado. Es emotiva cuando se centra en la relación padre e hija. El resto, atractivo, pero no logra despertar pasión. Es muy digna, aunque me gustaba más Bertsolariak.

Aprovechamos el último día sin nubes –se espera lluvia mañana- para hacer una visita turística: una exposición sobre Kieslowski, sobria, muchos datos y fotografías en el Centro Cultural de Okendo y una visita al recién inaugurado edificio de Tabakalera –aún hay muchos huecos, oficinas vacías que se irán llenando en los próximos meses; todavía un cascarón vacío, moderno y bien preparado, con intención de convertirse en un centro cultural de primer orden. Nos recuerda a la Casa Encendida-. Subimos al monte Urgull; nos perdemos por la zona boscosa. Subidas y bajadas. Mar en calma. Mientras nos dirigimos al castillo –dejo a Raúl muy atrás- recuerdo otra subida. La subida a Urgull, la subida al Alcazar de Segovia. Dejó atrás a Raúl, dejo atrás a mi madre hace un año. Se mezclan las dos subidas. Raúl, en silencio, a su ritmo. Mamá: “No vayas tan rápido, me canso, que ya soy viejecita”. Terminamos la subida.
Cielo brillante. Mar en calma. Llanura.
En los cines Principe, en la sala, otra imagen paralela: la puerta de salida de la derecha me trae a la memoria la puerta de otra sala de cine; sí, en Madrid, en la exposición de Alejandro Magno de la fundación Canal, en Plaza de Castilla; era una proyección en 3D de la ciudad de Alejandría. Estoy en Alejandría durante unos segundos…

Anomalisa: la idea genial de Kaufmann –tiene y ha tenido tantas- de que todas las voces sean la misma para el protagonista –y eso resume lo que es su vida- , desarrollada con humor y mucha sensibilidad. No llega al nivel de Olvídate de mí, pero te atrapa. Y el personaje femenino adquiere una entidad mayor de lo que podría esperarse en un principio.

Al salir, las nubes están negras. Se acerca la lluvia.

Tres regalos de mi juventud: el protagonista parece decirnos que hay amores que no se olvidan. No pueden estar juntos, pero se echan de menos. Queda el dolor de lo que nunca podía ser. Deja un poso, una sensación amarga y dulce. ¿Es eso el amor? Sí, it´s a losing game, C. Sens dubte.



Esa noche hago el amor con C., sin ella...

Martes.
Aprovechamos la mañana para visitar el Museo de San Telmo. El claustro es, estos días, un lugar para el encuentro entre productores y distribuidores latinoamericanos. El museo ya lo conocía: muy restaurado y bien organizado. Nos interesa más la exposición sobre Pasolini. Quizá una de las mejores que he visto: completa, variada. Información combinada y todo tipo de procedimientos: paneles, entrevistas, escenas, cartas, mapas, imágenes…
Comemos de menú en un restaurante por doce euros. Hay lista de espera: eso es buena señal. Sopa de pescado y postre a gran altura. El resto, aceptable. Volveremos mañana.

Desde allá: Venezuela. Dos personajes. Un pedófilo con un pasado oscuro y un padre lejano y ajeno al que odia y no se atreve a acercarse. Y un muchacho, un superviviente. Están lejos y se comprenden, pero no hay final feliz. Es concisa, fría, sin añadidos. No logra emocionarme, pero funciona, se deja ver.
Mariposa: Un divertimento. ¿Y si mi vida hubiera sido diferente…? Dos vidas paralelas. Los personajes parecen diferentes, sus vidas lo han sido, pero, al final, acaban haciendo lo mismo y llegando al mismo punto. No hay reflexiones profundas: es un juego de malabares, que se sigue con interés, pero sin pasión.

Lluvia, mientras esperamos. Alguna muestra de desorganización: nos mojamos y nadie nos dice la razón del retraso. Cabreo entre el público.
Aparece antes de la película una frase: "El parlamento Europeo protege los derechos humanos". Risas. Un pensamiento me viene a la mente: sólo protegen los de algunos…

Taxi teherán: es una buena muestra de lo que se puede hacer con pocos medios y con mucha imaginación. La censura está ahí, la que nos imponen y la que aceptamos, pero no debemos rendirnos. Un taxi, un director, tres cámaras, algunos personajes, y mucho humor. Poco más. Y es mucho.

Miércoles.
El rey de la habana: Es redonda. Y no emociona. La vida es dura, cruel. La adaptación recoge el espíritu de las narraciones, pero todo es tan brutal, que no logras sentirte cerca de ninguno de los personajes. Tal vez ese sea su objetivo.

Subimos al monte Igeldo. El paseo por un parque de atracciones de otra época.
Descansamos en la pensión. Mientras espero a mi hermano, que se encuentra en el baño, salgo a la terraza. Niños que acaban de salir del colegio: uno de ellos está enfurruñado. ¿Alguna discusión con su mejor amigo? Una niña se separa de sus amigas y se acerca a un adulto. El padre –imagino que lo es- le da un beso en la frente. Se me ocurre un tema para una novela. Ese debe ser el punto de partida y el punto final. Circular…

El niño y el monstruo: agradable, majos todos los personajes. Dibujos animados manga con gracia.

Cielo nublado con ratos de sol. De repente, sale de entre las nubes. Acaricia; ayer, a la misma hora, lluvia racheada. Las olas rompen con fuerza; fotografiamos el instante, lo congelamos.



El corazón del perro: “Toda historia de amor es una historia de fantasmas”
Experimental, emotiva, reflexiva. Despierta miedos y sensaciones muy intensas, conocidas. La muerte de su madre, de su perrita, su propia muerte; la muerte de mi madre, de mi padre, mi propia muerte… Es compleja y difícil de digerir, pero es la que más me ha removido las entrañas…
“Cuando intentamos explicarnos qué es la vida, miramos hacia atrás. Cuando la vivimos, miramos hacia delante...”

Jueves.
Quedan pendientes: Paulina, High-rise, Truman, Son of Saul, la de Recha
Estación de autobuses de Donosti. La misma que hace diez años. Aún sigue siendo un espacio a la intemperie. La nueva estación, un proyecto eterno.

Estamos en la AP1. El interior de Guipúzcoa. Un verde brillante. Lo echo de menos. Ya lo echo de menos. Siempre quiero volver aquí. Es un lugar al que siempre quiero regresar...

sábado, 22 de febrero de 2014

HER




Estoy solo; escribo cartas de amor. 



Todos tenemos nuevas tecnologías que nos hacen la vida más fácil. No contemplamos lo que hay a nuestro alrededor; miramos la pantalla del móvil...


Mi mujer me pidió hace un año el divorcio. Aún sueño con ella, recuerdo los momentos que tuve con mi mujer. Me gustaría olvidarlos como en la película de Michael Gondry...
Me venden un nuevo sistema operativo que me comprenderá, me entenderá, sabrá quién soy. Con el tiempo no es sólo un sistema operativo; es alguien más: me enamoro de Ella. Y Ella de mí...



Pero surgen los problemas; yo no sé lo que quiero, ella aprende más y más y llega un momento en que me abandona.

Estoy de nuevo solo. Escribo una carta de amor, una carta de despedida a mi mujer.

Sólo me queda una amiga a la que también han abandonado; subo con ella a la azotea y contemplamos juntos el amanecer en la ciudad.



miércoles, 1 de febrero de 2012

EL CINE Y LOS MESES DEL AÑO (II): FEBRERO


Febrero y los días de San Valentín.
¡Cuánto daño ha hecho ese día!
De todas las películas almibaradas o paródicas sobre ese día, sólo una vale la pena o podemos recordarla sin que se nos caiga la cara de verguenza ajena. Es "Eternal sunshine of the spotless mind" o traducida "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" estrenada aquí con un sobrio "Olvídate de mí".
Todo empieza el día de San Valentín... y termina ese día. Lo que no saben los personajes es que ya se conocen desde hace algunos San Valentines. El comienzo parece una historia romántica al uso... parece... ¡nada que ver!



Comienza así, pero luego acaba convirtiéndose en una versión surrealista, experimental; una pesadilla de ciencia ficción, algo así como... "siempre cometerás el mismo error, aunque no lo recuerdes." con un final "feliz" algo ambiguo... y entre nieblas como la vida misma.
Los responsables: Michael Gondry (director), Charlie Kaufmann (guionista). Jim Carrey y Kate Winslet.




Gracias a esta película podemos perdonar al cine, sobre todo al de Hollywood, tanta majadería sobre esta fecha.
























También existe un documental "Asesinato en febrero" de Elías Querejeta y Eterio Ortega sobre el atentado de ETA que acabó con la vida de un ertzaina y un dirigente socialista. 
Su contrapunto perfecto es "La pelota vasca" de Medem. Ver una sin la otra no nos permitiría contemplar la compleja realidad de un problema que parece en camino de resolverse. Y no estaría de más que empezaramos a contemplar todos los puntos de vista y no sólo los que nos han ofrecido los medios de comunicación y la propaganda que nos hemos tragado durante tantos años.
No he podido encontrar nada en internet de Asesinato en febrero, un documental muy currado y muy emotivo. He subido el tercer largometraje de su director -parece una trilogía sobre el tema- Bakerantz. Nos ofrece varios puntos de vista; pero no están todos. Es un documento interesante y parcial. Pero, ¿cuál no lo es?
Intenta buscar respuestas y dialogar; no insulta ni hace propaganda -como tantos otros en los medios de comunicación- y eso es lo importante en estos momentos.


Sin embargo, La pelota vasca sí nos ofrece casi todos los puntos de vista. Destacan sobre todo los de Madina -luego su vida política quizá no ha sido tan interesante, aunque aún es joven-, la entrevista en la que Anika Gil nos cuenta cómo fue torturada por la Guardia Civil y como aportación más interesante nos permite ver a víctimas de ETA y a familiares de presos de ETA. Es una película valiente, en mi opinión, muy criticada en su momento. Ahora quizá podamos valorarla en su justa medida. Intenta que se escuchen todas las voces y casi lo consigue -el PP y algunas víctimas se negaron a participar como ahora se niegan a tomar decisiones-.
El tiempo deja a todos y a todo en su sitio.




Hay otra película de título "Febrer" catalana de Silvia Quer. De nuevo experimental y romántica a partes iguales. Parece que no hay término medio: o dulzona o parodia o experimental. Si debo elegir, prefiero las últimas. Uno tiene sus gustos y a estas alturas no voy a cambiarlos. Soy demasiado mayor... 


Como se puede comprobar febrero ha dado poco juego. Ni es marzo ni primavera ni comienzo de año. Y además es más breve que los demás. Es su sino. Un mes con poca historia. Marzo nos dará más juego, seguro, pero uno siempre tiene un cariño especial a los meses que todos olvidan, al que se deja un día por el camino casi todos los años.

La brevedad siempre es una virtud; febrero siempre la tendrá...