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domingo, 16 de febrero de 2025

FERMÍN MUGURUZA EN MADRID

 

Fermín Muguruza en Madrid. Impensable durante mucho tiempo. Él mismo ha recordado en el escenario las veces que ha tenido que venir en medio de prohibiciones o amenazas. 

Extraño lugar para celebrarlo. ¿Es una metáfora o una paradoja? El Wizink de Goya. Mientras algunos empezaban a beber cervezas o proseguian con la tercera o la cuarta -el olor a porro se quedó en las inmediaciones, ya que había demasiados seguratas controlando-, en la parte superior, en una pantalla estratégicamente situada, los patrocinadores vendían sus productos con anuncios pulcros, profesionales, de calidad. 

La Comunidad de Madrid aseguraba que los porros incitan a la violencia y que las drogas son muy perjudiciales para la salud; a continuación, Mahou nos mostraba a jóvenes que bebían como cosacos -no había contradicción porque nos querían enseñar la diferencia entre legal e ilegal y el valor didáctico era de agradecer. La Comunidad de Madrid siempre piensa en nosotros y desea que adquiramos conocimientos provechosos-; o una marca de coches nos invitaba a comprar el nuevo modelo de Tesla; Movistar nos ofrecía su repertorio de películas y series -no olvidemos que había muchos compradores potenciales y el sistema sin clientes no funciona-. Eso sí, no olviden que está prohibido fumar... 

Ayer por la noche en esta gira, en la que Muguruza celebra cuarenta años en los escenarios, quince mil personas -jóvenes y maduritos, grupos de amigos y amigas, parejas, burgueses bien alimentados, aunque, por lo menos, concienciados-, disfrutamos de un concierto en el que repasaba gran parte de su trayectoria. ¡Y qué energía tiene este hombre! 

Es un estilo que mezcla todo tipo de géneros musicales: rock, étnico, blues... Y alguno más. O todos, porque el talento de Muguruza es híbrido. Son canciones que consiguen hacerte bailar. Y eso siempre estará bien. Sabe rodearse, además, de muy buenos profesionales, cada uno en su faceta y con su instrumento: la trikitixa, la guitarra eléctrica, la trompeta, la percusión... Pero no crean que la especialización conduce al caos; ¡ni hablar! Son un grupo homogéneo y Muguruza es el pegamento que une a todos, vengan de donde vengan. 

Aparte de los clásicos me gustó la versión que hizo de Itxoiten; esa melodía, que aboga por el alarde mixto como símbolo de la lucha feminista, respiraba esta noche de una manera especial, más intensa. 

El Kolore Bizia empezó a calentar el ambiente a la hora y pico. 

Por supuesto hubo reivindicaciones políticas: por Palestina, por el euskera, por el Congo, por el Kurdistan y la lucha sandinista, por la vivienda y contra los fondos buitre, contra todo tipo de apartheid, contra el fascismo madrileño y mundial. Gritos coreados de No pasarán y a favor de la educación y sanidad publicas. Un recuerdo a los asesinados por fascistas en Madrid: Aitor Zabaleta o Lucrecia Pérez, y a su hermano fallecido Iñigo Muguruza. Un bertsolari hizo un repaso por todas las causas perdidas, por todas las luchas que siguen vivas, por los nombres que han de ser recordados. 

Las visitas al baño son imprescindibles. La cerveza nos urge a limpiar el cuerpo del líquido amarillo y allí puedes encontrar a algún punk que habla consigo mismo y pronuncia palabras y sonidos extraños e incoherentes. De regreso a mi asiento me fijo en una pareja de amigos que bailan un poco descordinados.

A las tres horas, el gran final. Sarri, Sarri. Se ha convertido en un clásico, más allá de su origen -que nadie olvida-, más allá de las prohibiciones absurdas desde instituciones españolas o aledañas. La apoteosis de la libertad y la alegría. 

Al salir, los bares de Serrano -somos comanches en medio de territorio enemigo- volverán a llenarse. Es sábado. ¡Habrá que continuar el akelarre antifascista en las barras de estos espacios colectivos y capitalistas con pinchos y alcohol, porros y reflexiones y planes utópicos. 

Borroka... 

Las luchas y todo tipo de batallas nos siguen esperando. Con el puño en alto. Somos seres humanos y contradictorios. ¡Qué se le va a hacer! 

¡Larga vida a Fermín Muguruza! Gora Fermín Muguruza!


martes, 10 de septiembre de 2019

IÑIGO MUGURUZA Y CAMILO SESTO


El azar ha hecho coincidir en un breve espacio de tiempo las muertes de dos cantantes que vivían en mundos paralelos, por no decir opuestos. Yo diría que hasta sus seguidores viven en dos mundos irreconciliables. Lo único en que coinciden, seguramente, es que cantan muchas de sus canciones al final de una noche de farra. Eso sí, separados.
No hubiera escrito nada, ni siquiera me hubiera planteado empezar esta entrada, si no hubiera sido por dos hechos que han sucedido esta mañana.
El primero fue la lectura de un texto de Carmen Rigalt, criticado muy duramente por una de mis "amistades" de facebook.


Melancolía de Carmen Rigalt.

Quizá pueda criticarse la falta de tacto de la periodista-escritora, pero la dureza de los comentarios me sorprendió. Entre otras cosas, porque casi todo lo que dice es verdad. Imagino que cuesta aceptar que nuestros mitos sean ridiculizados y mucho más con el cadáver presente, pero a algunos les falta el humor y el sentido crítico, cuando más conviene tenerlo. Y hay demasiada gente, aunque se digan de izquierdas, dispuesta a condenar a la hoguera a los demás,

Camilo Sesto es un mito, sobre todo, para la generación de mis padres. Hay varios nombres -sólo menciono los masculinos, porque hay muchos femeninos- que representan la canción melódica. Julio Iglesias, Raphael, Nino Bravo... Destaco al Dúo Dinámico por razones personales y sentimentales que bien conocen los que han leído este blog alguna vez.
Fue un cantante de masas, que alcanzó éxito y dinero. Y al contrario que Raphael que sí ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, los últimos años de Camilo Sesto fueron lamentables. Verle en una entrevista te provocaba pena y horror a partes iguales.
Fue uno de los cantantes de la "mayoría social" de este país.

Tanto que esta mañana, en el metro, cuando un tipo entró en el vagón con su guitarra, a todos nos pareció normal que cantara la archiconocida "Vivir así es vivir de amor" como homenaje.



Y entonces me hice una pregunta: ¿Este hombre se atrevería a cantar alguna de Iñigo Muguruza y hacerle otro merecido homenaje? Y me di cuenta de que sería imposible. Quizá en el metro de Bilbao o en el de Barcelona; con suerte... En el de Madrid, pocos le aplaudirían. Sobre todo, porque sus canciones están en euskera. Y si se atreviera a cantar Sarri, Sarri no creo que gustara a muchos de sus oyentes, si conocieran el origen de la canción. Es posible que en alguna casa okupada le aplaudieran, como mucho.

Vayamos al mundo de los Muguruza. Porque son tres hermanos. El más combativo, Fermín. El más "clásico", Jabier y el más rockero que fue Iñigo. Por poner etiquetas; que ya se sabe, las etiquetas no sirven casi nunca. Tal vez a los periodistas y a los políticos.
Los años ochenta en el País Vasco no se entenderían sin Kortatu o Negu Gorriak. Hay toda una generación, la nuestra, allí, en el Norte, que cantaba sus canciones reivindicativas. Y que las seguirá cantando. Con intentos de censura, incluso hace un año, por parte de la derecha española.
Es otro mito, sin duda, pero este pertenece a "la minoría social" de este país.


Visto así, alguien podría decir: Este país es plural.
¡Y una mierda!
Hay una España que cantará las melodías de Camilo Sesto. Y hay muchos vascos, muchos catalanes y algunos pocos españoles que bailarán las canciones de Iñigo Muguruza.

Y nadie en las necrológicas mencionará este detalle.
Un detalle que nos define mejor que ningún otro.
Lamentablemente. Trágicamente.