sábado, 28 de enero de 2012

VIAJE A NUEVA YORK CAPÍTULO V


2 de enero 2012.

Frío. Bufanda y gorro, el que compré en Hamburgo.
Metro. Llegan después de una larga espera, pero los rápidos cumplen su cometido. En diez, quince minutos estás en el centro.
Subida al Top of the Rock. Precioso. Inmejorable vista.
Vamos de compras. Bajada a Chinatown; es China en Manhattan. Gran animación.
Tras comprar el pantalón, paso por el Tenement Museum. Visita y horas no me encajan. Contraste con las reconstrucciones del MET. Aquí se recuerdan las vidas cotidianas  de los pobres de finales del XIX y principios del XX de esa zona. Las visitas son largas, cuatro horas y con guía. No hay tiempo; elijo pasear.



Jardines cerrados. Parecido al Gramercy Park, luego estaré allí. Parques cerrados con llave que sólo disfrutan los vecinos del barrio. Paseo por varias zonas.


Little Italy (no queda ya nada de italiano), Soho (galerías; en una, cuadros de Picasso, Miró, Chagall, Dalí –poco interesantes-; tiendas de moda), Washington Park en obras,



Greenwich Village (bien conservado, para turistas, ajena al caos del resto de NY, elegante y tranquila –enseguida cuando sales notas el rugido de la séptima avenida),





un anuncio para gays -barrio gay donde se levantaron contra la "opresión"; ahora están perfectamente integrados y forman parte del entorno. Como en Chueca, viven bien-












Chelsea Market (la reconstrucción de un edificio industrial en un centro comercial muy original y muy elegante; mejor que Columbus… High Line está muy cercana)




Zumo de manzana caliente en Union Square. Te calentaba el cuerpo…y punto. Prometo no volver a probarlo.
La Iglesia de Bowery. Su historia: era una propiedad de Stuyvesant, el gobernador holandés.


La estación de metro. Colonne Row y edificios más modernos. Todos encajan bien, aunque les separen, en algunos casos, casi un siglo de diferencia.
De paseo esa noche veo una tienda de vinos de Chile. El propietario parece estar haciendo inventario.

En la cama pienso 1664-2064. En el cuarto aniversario de Nueva York estaré muerto. Conciencia de finitud. Algún día no estaré vivo. Moriré. Momento de angustia. 40 años cumpliré el 10 de agosto… “nella mezza de la mia vita” ¿He vivido? ¿Mi padre vivió a esta edad? Me tuvo a los 34 años. ¿Me quedarán 30 y pico como a él o menos? ¿Qué he dejado hasta ahora?
Dolor de espalda; más cansancio, más edad. Envejezco.
Tomo conciencia con el dolor físico y la pérdida de mi padre de mi propia muerte.


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