domingo, 16 de agosto de 2020

LA COLABORACIÓN CON EL NAZISMO Y EL FASCISMO


The sorrow and the pity es un documental de Marcel Ophuls, hijo del gran Max Ophuls. Por primera vez se trataba el tema del colaboracionismo en profundidad. La versión oficial, la interesada en mantener desde arriba, quedaba desacreditada. No habían sido unos pocos, sino que muchos franceses habían participado en esa colaboración con los nazis.


Uno de los aciertos del documental es que Ophuls decide centrarse en la ciudad de Clemont Ferrand y su región. Se parte de un lugar concreto para hacer una reflexión general sobre lo que significó la ocupación y sus consecuencias posteriores. Aparecen las dos Francias, la de Petain y la que apoyaba la Resistencia -minoritaria en el año 1940-, tanto la comunista, como la nacionalista; esta última se apropiaría, con la ayuda de los aliados, las élites y con la figura de De Gaulle, del triunfo. Tras las venganzas iniciales -muchas de ellas particulares- se prefirió pasar página. Un buen ejemplo es el general alemán, que, en la boda de su hija, luce sus medallas. O la peluquera que aún sigue pensando que Petain era lo mejor para Francia.

Formalmente las entrevistas me recuerdan a Shoah de Lanzmann, aunque el tema principal sea otro: el holocausto. Rodeado de gente o en solitario, el entrevistador -fuera de campo- va preparando el camino para que el protagonista nos cuente su experiencia. Este es un buen ejemplo del talento silencioso y lento y de cómo la verdad surge, poco a poco, si hay alguien que sabe hacer las preguntas adecuadas en el momento apropiado y tiene la paciencia para esperar que llegue.


En el contenido me recuerda más a Modiano, el escritor y Nobel de Literatura. Es de ese mismo año su famosa trilogía de la ocupación. Tanto Modiano como Ophuls comenzaban a reabrir unas heridas que la generación anterior había decidido ocultar. Como aquí, son los hijos y los nietos los que necesitan desenterrar los cadáveres, abrir las fosas comunes, diseccionar a "sus mayores": sus padres... Recuperar la memoria; no olvidar ni manipular el pasado bajo una falsa e interesada alabanza de héroes que no fueron tales o el olvido de otros que se despreciaron y apartaron.
Sobre la memoria, aunque sea un tema y una época diferente -China y Shanghai, antes de la guerra con Japón y la guerra civil-, también va el documental biopic sobre una actriz china del cine mudo, desconocida en Occidente, Ruan Lyng Yu, cuya carrera fue corta, ya que se suicidó en 1935 por la presión de los medios y la prensa. Se mezclan imágenes y fragmentos de sus películas -quedan sólo restos, mágicos- con entrevistas reales y una dramatización ficticia. El resultado es interesante; en el fondo, lo que se intenta es recuperar una memoria perdida y fragmentada. Tal vez, y sin duda, deformada. ¿No es siempre así toda memoria o recuerdo?


En los años setenta Modiano escribió el guión de Lacombe Lucien de Louis Malle. El personaje podría haber sido un héroe, con su nombre en el callejero de la ciudad natal, -como aparece alguno en el documental-, pero, al final, se convierte en un villano. ¿Por qué? La ignorancia, el ambiente, el pragmatismo, la avaricia. Humano, demasiado humano...


Nos explica muy bien la base, el origen del fascismo y cómo bien dice uno de los protagonistas del documental de Ophuls: "estamos para aquí para que no vuelva el fascismo... pero, aunque sea con otro nombre, volverá..."

Ha vuelto.

Por eso, siempre necesitamos esa memoria: para enfrentarnos al monstruo, al lado oscuro que todos tenemos, en el que podemos caer en cualquier momento, como sociedad o individuos.




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