sábado, 18 de julio de 2009
Descubrimientos
Cuento para una hija y posdata: punzadas.
lunes, 6 de julio de 2009
Viaje a Atenas (quinto y sexto día)
Un concierto de vuelta por la noche. "Un ballo in maschera" de Verdi en las ruinas del foro romano. Siempre se agradece un poco de buena música.
El sexto día empezó... con calor. Dos visitas a museos: el de instrumentos musicales, un museo pequeño que visité al mismo tiempo que unos niños griegos. Vi a los "descendientes" del aulós griego. Todo evoluciona. Y todo cambia y debe cambiar. Otra vez el nuevo museo abierto de la Acrópolis. Cuesta un euro y está a sus pies como ya dije. Me quedé una hora observando el conjunto de las metopas, el friso y los tímpanos que se conservan, los dibujos de J. Carrey de 1647 o el documental que repasa la historia del Partenón.
La cuenta pendiente ha quedado saldada. Ya puedo decir cuando muestre a mis alumnos algunas de sus maravillas: yo estuve donde estuvieron Pericles, Sócrates, Demóstenes, Tucídides; sí, yo estuve allí. ¡Si hubiera máquina del tiempo para poder estar en el momento en que Atenas era el centro del mundo, poder ver todas sus maravillas y no sólo los restos de un pasado mítico! Pero no es posible llenar los huecos que nos ha dejado el paso del tiempo -omnia delet tempus et... homo-: para eso, para recuperar lo que se perdió, sólo nos queda la imaginación... O eso queremos pensar. ¡Ilusos!
sábado, 4 de julio de 2009
Viaje a Atenas (tercer y cuarto día)
Ruinas, rocas, turistas...
Un perro acurrucado en medio de la tormenta...
Mañana el viejo museo arqueológico. Me tocará patear -ya me han avisado.
Y pateé. No tanto como esperaba. Un museo inmenso, pero recuerdo que el Metropolitan no le iba a la zaga.
Es curioso observar in situ objetos, esculturas que has visto tantas veces en libros o en internet. Descubres el espacio donde llevan años, quizá decadas. Es una nueva mirada.
Adriano tiene a las personas que amó o que detestó en la misma sala. A Antinoo y a Sabina, su mujer. ¿Qué pensaría si pudiera ver esos retratos ahora y en el lugar donde están?
Subí al Licavitos. Con calor húmedo y pegajoso. Es un secarral. Una vista y tampoco mucho más. La curiosidad de subir o bajar en funicular. Y el mito: Atenea llevaba una piedra para construir un templo en su honor; entonces al recibir una noticia, se le cayó en medio de la ciudad. Esa piedra es la colina Likavetos, la mas alta de Atenas.
Una de las pocas zonas verdes es el jardín nacional. Salvando las distancias que son muchas- se parece al Retiro. Está en el centro y es agradable. El Retiro es mucho mejor, sin duda.
El estadio, el primer estadio de los Juegos Olímpicos de Atenas recuerda a los antiguos estadios griegos. Imagino que esa era la intención. Como lo vi a las dos de la tarde, poco más puedo decir...
Luego fui al cementerio. Algunas esculturas eran hermosas. La muerte convertida en piedra elegante.
Por la tarde vi el atardecer en el Areópago: en esa colina se celebraban juicios. Allí se celebró el famoso pleito de Orestes. Orestes acababa de matar a su madre y pedía el perdón; los atenienses se lo concedieron, no se sabe a cambio de qué -imagino que dinero, ya que serían prácticos-. Pero el mito esta ahí.
Bonito atardecer.
De vuelta paso por varias estaciones de metro. Sorprende encontrar a dos pasos del andén las ruinas o los restos de un acueducto, unas termas o el alcantarillado romano. Extraña mezcla.
viernes, 3 de julio de 2009
Viaje a Atenas (segundo día)
El teatro, el onfalos, el tesoro de los Atenienses, el templo de Apolo, el templo de Atenea, el tolos... Por la tarde se encapota el cielo. Casi es preferible. El calor ha sido, como era de esperar, agobiante. Algo de aire me hubiera permitido volver a hace 3000 años.
Tras doce horas, la mitad en el autobús, llegamos a Atenas. Muchas motos. Se entiende con los problemas de trafico que hay. En una cadena de comida rapida, Everest, se come bien. Ya es de noche. Me pierdo por Plaka y por los alrededores de la Acrópolis.
Mucha vida turística. Los edificios iluminados. Turistas por todos lados. Se representa una obra de teatro en el Odeón. Unos chicos juegan en un campo de fútbol sala. Son flojos, menos uno que destaca entre los demás. Estoy cansado. Mañana la visita a las ruinas.
jueves, 2 de julio de 2009
Viaje a Atenas (primer día)
Calor asfixiante, pegajoso, húmedo.
Tienes que coger un autobús para llegar al centro, a Syndagma desde el aeropuerto, autobús que tarda una hora en llegar a su destino. Y sin tráfico...
Mañana tengo la intencion de ir a Delfos: la estación de autobús interurbana es cutre, anticuada...
Bueno, esto es Atenas.
Durante el paseo me encuentro una iglesia bizantina bastante curiosa. Al salir, veo a dos mendigos bailando... Una orquesta está tocando para los turistas. Los mendigos bailan y ríen. Son muertos que bailan...
Un perro de repente cuando yo paso, se lanza a los coches. Toca la rueda, como si quisiera pararlos y luego se aparta para no ser atropellado. Tal vez ha recordado el coche del que le abandono. Me alejo. El perro se queda mirando por si vuelve a pasar otro coche. No pasa ningún coche más. Dos días después descubro que por esa calle pasa un tren turístico. El perro lo que quería era jugar... Ni más ni menos.
De vuelta al albergue, una manifestación del partido comunista griego.
Unas tres mil, cinco mil personas. Me recuerdan por el número a las de Madrid. Policias antidisturbios en la cabecera y en la retaguardia. Delante de la manifestación, tres perros callejeros ladran al compás de los lemas. El helicóptero los vigila desde arriba. No entiendo lo que gritan, pero no estaría a disgusto con ellos.
El barrio donde esta el albergue es un barrio de inmigrantes. Vida en la calle. Con sus trapicheos, ilegales la mayoría. Tranquilo. Prostitutas, delincuentes de poca monta. No molestan. No quieren ser molestados. En plaza Omonia esnifan coca, se hacen un peta, trapichean. Un barrio normal... Los turistas no hacemos fotografías por aquí...Me voy a dormir. El viaje en avión ha sido duro.