Llego a Atenas.
Calor asfixiante, pegajoso, húmedo.
Tienes que coger un autobús para llegar al centro, a Syndagma desde el aeropuerto, autobús que tarda una hora en llegar a su destino. Y sin tráfico...
Mañana tengo la intencion de ir a Delfos: la estación de autobús interurbana es cutre, anticuada...
Bueno, esto es Atenas.
Durante el paseo me encuentro una iglesia bizantina bastante curiosa. Al salir, veo a dos mendigos bailando... Una orquesta está tocando para los turistas. Los mendigos bailan y ríen. Son muertos que bailan...
Un perro de repente cuando yo paso, se lanza a los coches. Toca la rueda, como si quisiera pararlos y luego se aparta para no ser atropellado. Tal vez ha recordado el coche del que le abandono. Me alejo. El perro se queda mirando por si vuelve a pasar otro coche. No pasa ningún coche más. Dos días después descubro que por esa calle pasa un tren turístico. El perro lo que quería era jugar... Ni más ni menos.
De vuelta al albergue, una manifestación del partido comunista griego.
Unas tres mil, cinco mil personas. Me recuerdan por el número a las de Madrid. Policias antidisturbios en la cabecera y en la retaguardia. Delante de la manifestación, tres perros callejeros ladran al compás de los lemas. El helicóptero los vigila desde arriba. No entiendo lo que gritan, pero no estaría a disgusto con ellos.
El barrio donde esta el albergue es un barrio de inmigrantes. Vida en la calle. Con sus trapicheos, ilegales la mayoría. Tranquilo. Prostitutas, delincuentes de poca monta. No molestan. No quieren ser molestados. En plaza Omonia esnifan coca, se hacen un peta, trapichean. Un barrio normal... Los turistas no hacemos fotografías por aquí...Me voy a dormir. El viaje en avión ha sido duro.
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