Pedro acaba de salir de ver la película, la última de Lars Von Trier, Nynphomaniac.
Pedro tiene consigo mismo las siguientes reflexiones:
"¿A quién recomendaría esta peli? Pensemos. A Laura no, por supuesto. Quiero salir con ella -es cierto que la he llamado dos veces y me ha dado largas-, pero si al final me dijera que sí, si saliera con ella esta peli no sería muy recomendable. Pensaría que soy un salido. Y mira que la han recortado cuarenta minutos y le han quitado todo el porno que había, pero no, con esta no tendría nada que hacer; tendría una larga noche onanista. Luego está Julia. A Julia le gusta el cine de autor, pero Lars Von Trier a veces le cansa. Sí, hay mucha culpa, mucho sexo, mucha reflexión profunda sobre la vida y la muerte, pero no cuela. Esa broma final le haría gracia: ¡qué cosas, el Lars se ha estado riendo de nosotros... ¡Qué cabrón! Con Marcos... Marcos me diría: ¿Una película de autor? Las de Hollywood, las mejores. Tratan de lo mismo, pero se pueden ver. Déjame de rollazos; esto es como en la vida. Folla más y piensa menos... Marcos es un pragmático, el tío. En fin, está decidido; llamo a Laura una última vez; que no me contesta o me da largas, se acabó"
Mientras Pedro se aleja del cine, salen de otra sala Laura y Julia. Salen de La gran estafa americana.
Parece que les ha gustado; han empezado a besarse. Julia sabía que a Laura le gustaban las de Hollywood.
Suena el teléfono de Laura; no contesta. Tiene en este momento otras preocupaciones...
Para ser un primer beso, no está mal. La noche para las dos será larga y hermosa.
Pedro, en cambio, está decidiendo que va a ver esta noche en su DVD: El sexo sentido: Veo a gente en bolas o Un pene llamado Wanda. Es una elección difícil. ¿Cuál eligiría Lars Von Trier?
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