viernes, 21 de julio de 2023

HIROSHIMA, MON AMOUR

 


¿Por qué tenemos esa necesidad de recordar?


El azar me ha traído a Hiroshima, mon amour. Sentí curiosidad por leer el comentario sobre el Halcón Maltés -acababa de volverla a ver- en una enciclopedia sobre la Historia del cine. 

"Te ahorcarán... Te echaré de menos..."

"El material con el que están hechos los sueños..."

Unas páginas más adelante estaba el de la película de Resnais.

A Resnais lo descubrí, siendo un joven veinteañero, por una película curiosa, On connait le chanson. Un musical que no es tal. Un juego de referencias constante que divierte: vitalista, optimista. 

Mi interés por el Holocausto y por la memoria me llevó años después a Noche y Niebla, que sigo manteniendo, más de setenta años después, su fuerza visual y narrativa. No hay curso escolar que no haya aprovechado para ponérselo, fuera en una tutoría o en una clase de Educación para la Ciudadanía, a algunos de mis alumnos. 


"Pasamos por alto las cosas que nos rodean; hacemos oídos sordos al grito que no calla"

No olvidemos que Resnais empezó en el documental de la mano de otro autor excepcional, Chris Marker. Ambos colaboraron también en otro, Las estatuas también mueren, una reflexión sobre el arte africano y su papel estético o ritual. 

Al que siguió Toda la memoria del mundo, un recorrido por la Biblioteca Nacional de París: scripta manent, como diría el clásico. 

El año pasado en Marienbad, basado en un relato de Adolfo Bioy Casares, rompe las convenciones tradicionales de la narrativa fílmica, aspira a confundir el espacio y el tiempo en una memoria fragmentada. 

En un grado aún incipiente encontramos estas mismas obsesiones e intereses en Hiroshima, mon amour. Me siento más cerca de esta primera aproximación; tal vez, porque las interpretaciones son más realistas o porque los espacios, los de Hiroshima o Nevers, exteriores, me seducen. O tal vez sea el guion literario de Margarite Duras. O la voz en off de los protagonistas. O la interpretación de Emmanuelle Riva. 

La Nouvelle Vague no nace de la nada. Orfeo de Jean Cocteau, en 1949, recogía la tradición surrealista de principios de siglo. 

"Los espejos son las puertas por donde accede la muerte; mírese en un espejo durante toda su vida y verá la muerte trabajando..."

Así que llegamos a Hiroshima, mon amour. 

Y al comienzo o al final de dos historias de amor imposibles.


Los espacios se confunden. ¿Dónde estamos? ¿En Nevers o Hiroshima? ¿En 1944, en 1945 o en 1959?


Lo más importante del espacio es el tiempo...




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