miércoles, 25 de noviembre de 2009

EN LA CLASE

Un día asistimos a la proyección de una película: "En la clase". Después hubo un coloquio.
Ainhoa levantó la mano; no pudo hablar. Era ya muy tarde.
A la salida nos contó lo que hubiera querido decir: que no se había hablado del esfuerzo de los alumnos, de que los medios no llegan a quien lo merece, que se malgastan, se pierden por el camino...
No voy a ser objetivo... ¡No me da la gana serlo!
Mientras la escuchabamos nos trasmitió fragilidad, fuerza, nos transmitió pasión, firmeza, compromiso, amor...
Las palabras huecas desaparecieron. Quedaron las suyas, que también son las nuestras. Las de todos los que intentamos día a día comunicar y enseñar lo que amamos.
Mientras haya personas como Ainhoa en nuestra profesión -y hay muchísimas más de las que creemos- no todo será posible, no desaparecerán los problemas que nos afectan, pero, al menos, la vida valdrá la pena.
¿Y no es eso lo primero que tenemos que enseñar en la clase: que la vida vale la pena más allá de sus muros?

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