martes, 10 de septiembre de 2019

IÑIGO MUGURUZA Y CAMILO SESTO


El azar ha hecho coincidir en un breve espacio de tiempo las muertes de dos cantantes que vivían en mundos paralelos, por no decir opuestos. Yo diría que hasta sus seguidores viven en dos mundos irreconciliables. Lo único en que coinciden, seguramente, es que cantan muchas de sus canciones al final de una noche de farra. Eso sí, separados.
No hubiera escrito nada, ni siquiera me hubiera planteado empezar esta entrada, si no hubiera sido por dos hechos que han sucedido esta mañana.
El primero fue la lectura de un texto de Carmen Rigalt, criticado muy duramente por una de mis "amistades" de facebook.


Melancolía de Carmen Rigalt.

Quizá pueda criticarse la falta de tacto de la periodista-escritora, pero la dureza de los comentarios me sorprendió. Entre otras cosas, porque casi todo lo que dice es verdad. Imagino que cuesta aceptar que nuestros mitos sean ridiculizados y mucho más con el cadáver presente, pero a algunos les falta el humor y el sentido crítico, cuando más conviene tenerlo. Y hay demasiada gente, aunque se digan de izquierdas, dispuesta a condenar a la hoguera a los demás,

Camilo Sesto es un mito, sobre todo, para la generación de mis padres. Hay varios nombres -sólo menciono los masculinos, porque hay muchos femeninos- que representan la canción melódica. Julio Iglesias, Raphael, Nino Bravo... Destaco al Dúo Dinámico por razones personales y sentimentales que bien conocen los que han leído este blog alguna vez.
Fue un cantante de masas, que alcanzó éxito y dinero. Y al contrario que Raphael que sí ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, los últimos años de Camilo Sesto fueron lamentables. Verle en una entrevista te provocaba pena y horror a partes iguales.
Fue uno de los cantantes de la "mayoría social" de este país.

Tanto que esta mañana, en el metro, cuando un tipo entró en el vagón con su guitarra, a todos nos pareció normal que cantara la archiconocida "Vivir así es vivir de amor" como homenaje.



Y entonces me hice una pregunta: ¿Este hombre se atrevería a cantar alguna de Iñigo Muguruza y hacerle otro merecido homenaje? Y me di cuenta de que sería imposible. Quizá en el metro de Bilbao o en el de Barcelona; con suerte... En el de Madrid, pocos le aplaudirían. Sobre todo, porque sus canciones están en euskera. Y si se atreviera a cantar Sarri, Sarri no creo que gustara a muchos de sus oyentes, si conocieran el origen de la canción. Es posible que en alguna casa okupada le aplaudieran, como mucho.

Vayamos al mundo de los Muguruza. Porque son tres hermanos. El más combativo, Fermín. El más "clásico", Jabier y el más rockero que fue Iñigo. Por poner etiquetas; que ya se sabe, las etiquetas no sirven casi nunca. Tal vez a los periodistas y a los políticos.
Los años ochenta en el País Vasco no se entenderían sin Kortatu o Negu Gorriak. Hay toda una generación, la nuestra, allí, en el Norte, que cantaba sus canciones reivindicativas. Y que las seguirá cantando. Con intentos de censura, incluso hace un año, por parte de la derecha española.
Es otro mito, sin duda, pero este pertenece a "la minoría social" de este país.


Visto así, alguien podría decir: Este país es plural.
¡Y una mierda!
Hay una España que cantará las melodías de Camilo Sesto. Y hay muchos vascos, muchos catalanes y algunos pocos españoles que bailarán las canciones de Iñigo Muguruza.

Y nadie en las necrológicas mencionará este detalle.
Un detalle que nos define mejor que ningún otro.
Lamentablemente. Trágicamente.

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