"La próxima vez será la próxima vez... Hoy es hoy".
¿Qué es la felicidad? ¿Cuándo una vida es plena o no lo es? ¿No son los pequeños detalles los que hacen que una vida tenga sentido? ¿Y esos instantes, como el movimiento de las hojas de un árbol, que solo suceden una única vez, no hemos de vivirlos intensamente?
¿El personaje de Perfect days se refugia en los rituales para superar un trauma o una vida anterior frustrante, como insinúa la relación con su hermana o la mención de un padre al que prefiere no volver a ver? Esto no tiene ninguna importancia. El gran acierto es que este personaje hizo una elección: una vida que le permitiera disfrutar de placeres sencillos, aunque otros le consideren lo más bajo en el escalafón social y le desprecien.
Nos encontramos delante de un ser bondadoso en un mundo clasista, agresivo e infeliz. ¿La bondad emociona? Sí. La sobrina comprueba que limpia urinarios; cuando entiende que él está a gusto, los prejuicios sociales se resquebrajan. La sonrisa los une.
Días perfectos es levantarse todas las mañanas, mirar al cielo y observar el mundo como si fuera nuevo. Días perfectos es sonreír al paso del tiempo, aceptarlo, hacerlo tuyo, como solo Oriente sabe transmitirnos. Días perfectos es lavar urinarios públicos y hacerlo lo mejor posible, porque las cosas bien hechas te hacen sentirte bien. Días perfectos es leer un buen libro, fotografiar un rayo del sol, escuchar una buena canción, beber un café, cuidar de tus plantas, sonreír a un niño, pasear en bici, no tener miedo... Días perfectos es soñar y abrir los ojos por la mañana como si volvieras a nacer...
Siempre queda la opción de vivir otra vida, cambiar el rumbo, arriesgar... pero solo si llega sin forzar, sin desearla demasiado, sin perseguirla desesperadamente. El presente hay que disfrutarlo; el futuro... "la próxima vez será la próxima vez".
Todos queremos ser felices. Todos, aunque a veces no lo parezca, aspiramos a la bondad.
Wenders y Takasaki han creado un personaje que busca esa utopía.
Pensé al ver el final de Perfect days en el último plano de Jackie Brown de Tarantino.
Sí hay parecidos; ambos conducen y escuchan una canción. Sin embargo, hay más tristeza en el personaje de Tarantino, aunque la vida de la protagonista sea a partir de ahora una gran aventura. El capitalismo no deja otra salida: la insatisfacción permanente.
No, en Perfect days, aunque en su plano final haya lágrimas, reconocemos la felicidad; está ahí, en el rostro de este personaje bondadoso, tierno, optimista...
El sol sale; un nuevo día comienza...