lunes, 4 de julio de 2022

EL CAPITALISMO Y LA GUERRA: EL CONTROL DE LOS RECURSOS



Estoy leyendo los ensayos de Rafael Sánchez Ferlosio; él pensaba que era lo mejor que había escrito.

"El capitalismo lo destruye todo; por dentro y por fuera. El final no vendrá por una guerra, sino por una catástrofe económico-ecológica. El mundo no va a sobrevivir..."

Sin embargo, el capitalismo necesita de las guerras; es su forma de regenerarse. O tal vez sea una característica del ser humano. El control de los recursos -agua, petróleo, gas- se convierte en el motivo principal de todas. Sí, también puede haber otras razones: étnicas, sociales, geoestratégicas, políticas, emocionales, pero no dejan de ser justificaciones que los bandos enfrentados han propagado a diestro y siniestro desde el principio de los tiempos.

Hay quien compara la situación actual con la primera guerra mundial; es decir, hay un aumento del gasto armamentístico y ese excedente debe ser utilizado. ¿Serán guerras locales -India contra Pakistán, Taiwan contra China, Latinoamérica contra Estados Unidos, Corea del Sur contra el Norte, Ucrania contra Rusia-, como sucedió durante la guerra fría? ¿O decidirán que África y Oriente Medio se conviertan en los principales teatros de operaciones? ¿Habrá un enfrentamiento directo entre las grandes potencias? 

"La guerra es el momento de plenitud, de exaltación y euforia de los pueblos, de su autoafirmación y cumplimiento, pues es el antagonismo la raíz de toda identidad..."

¿Es una de las causas de estos preparativos el alto endeudamiento de algunos países -sobre todo, Europa- y los esbozos de una nueva crisis económica que ya se veía venir? ¿Es una forma de control social -ya se sabe, mientras tengamos un enemigo exterior o interior nadie se rebelará contra las medidas que tomemos, sean recortes de libertades, represión policial, subida de impuestos o la escalada de los precios de productos de primera necesidad o de la electricidad, el gas o el petróleo-? ¿Por eso Europa ha decidido someterse al "amigo americano"? ¿Las empresas de armamento y las de construcción -porque, ya se sabe, después de destruir hay que "reconstruir"- tienen intereses en esta escalada? ¿También las empresas tecnológicas desean esta guerra porque necesitan materiales como el litio?

Las dos grandes potencias -China y Estados Unidos- saben que el control de los recursos será decisivo para su supervivencia y desarrollo. ¿Dónde pondrán el límite? 

"... aquel en el que el bueno y el malo aparecen absolutizados y encarnados en figuras ontológicas..."

No importa el ecologismo ni la sostenibilidad. Son solo palabras que el capitalismo sabe usar, cuando le conviene. El capitalismo necesita el crecimiento indefinido, la explotación de los recursos ilimitada. Solo así sobrevive. Le queda bien hablar de consumo responsable; pero es voraz e insaciable. El ecologismo es una farsa que solo retrasará lo inevitable. 

No importa la Verdad; los medios de comunicación, controlados, decidirán qué es o no la realidad. La palabra se oculta, se deforma. Es difícil reconocer la mentira. La mayor parte de la población acepta la información que recibe; no la pone en duda.

"...las guerras no como conflictos de intereses, sino por su poder catártico, purificador y santificador..."

Por supuesto, los países pobres no importan. Nunca han importado. Seguirán siendo esquilmados, explotados. Y los que se acerquen a nuestros "paraísos" morirán ahogados, aplastados en las vallas, disparados en las fronteras... O serán explotados, si logran alcanzar las costas...

¿Somos seres inteligentes? 

El poder se viene concentrando cada vez más en otra parte, cada vez más lejos de ellos, y ellos -a semejanza de los grafistas que van embadurnando de infinitos letreros, tan consentidos como despreciados, las infinitas paredes marginales de los márgenes del mundo- no tienen ya nada que hacer ni que decir, como no sea anticipar con su estrépito inútil y vacío el fragor de la catástrofe". 

Antes del final, sin embargo, aún nos quedan refugios. 

Licet iacere modo sub antiqua ilice, modo in tenaci gramine.

¿Y después? 

"A la Humanidad, a la especie, que la den por saco"

La Tierra sobrevivirá sin nosotros; no nos echará de menos.

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