Empezó su carrera al otro lado de la cámara con Antes del atardecer, una película muy inteligente, de la que ya he hablado hace unos meses, hecha con dos grandes actores y buenos diálogos escritos por ambos y no ha parado desde entonces.
Sus películas giran en torno a la familia, una familia -sus padres eran actores- que la educaron con gran libertad. De eso va esta película. En Dos días en París ya aparecía un esbozo de su familia, aunque el tema fuera la relación de pareja, con un toque Woody Allen muy original.
En esta, partiendo de una anécdota y de un verano, el del 79, aparece un mundo encantador, ligero, -la familia es un coñazo, pero ¿qué haríamos sin ella?- sin que olvide dejar un espacio para situaciones más oscuras y terribles, tocadas de refilón, siempre con mucho sentido del humor...
Es una delicia disfrutar de esta película con estos calores. La recomiendo sin duda. Habrá que seguir a Julie Delpy y ver cómo madura su cine.
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