domingo, 5 de agosto de 2012

HACE 50 AÑOS... MARILYN MONROE: LA FRAGILIDAD Y LA SEXUALIDAD

Hace 50 años... Marilyn fue encontrada muerta en su cama... ¿suicidio? ¿accidente? ¿asesinato? ¿Importa? ¿Alguien imagina a Marilyn con 80 años? Nadie. La vida de Marilyn estaba destinada a una muerte prematura. Infancia triste, madre en un manicomio, abusos sexuales, estrellato vertiginoso, la etapa de Nueva York donde intentó buscar una salida en el psicoanálisis, en el método Strasberg, en el matrimonio con Arthur Miller; su dependencia del alcohol y los barbitúricos, sus relaciones con los Kennedy y la soledad final -siempre morimos solos. Supo hacer dos papeles, dos tipos de personajes... -ella misma era una mujer escindida en dos- y los hacía muy bien. Por un lado, tenía talento para la comedia. Un talento natural, el que se tiene o no se tiene. Y muchos de sus mejores papeles -aunque ella y muchos de los que la contemplaban, no lo tuvieran en cuenta- son esas comedias. En sus primeras intervenciones aún falta madurez; su papel estaba claro y lo cumplía con creces.

 

En la jungla de asfalto de John Huston, en tres escenas, ya intuímos un talento especial, una sensualidad salvaje.




 Entre dos lobas y un zorro en Eva al desnudo interpretando el papel de chica tonta...

 

 En una comedia desternillante de Howard Hawks, Me siento rejuvenecer, con Cary Grant...

 

 Tenía que enseñarle algo muy importante...

 


 Será con Niágara -donde interpretaba a una mujer sin escrúpulos, ¡curioso!- donde conseguirá su primer papel de importancia; ya demuestra su talento para la canción...

 

 En los caballeros las prefieren rubias ahí están sus números musicales. Sin más palabras; sólo disfrutemos...




Otro número musical en Río sin retorno, mucho menos conocida.

 

Llega el año 1955, que para ella fue fundamental, por dos razones. La primera porque colaboró con el dios Billy Wilder en dos de sus mejores películas. En la primera, de este año, La tentación vive arriba, borda el papel que sabía hacer la perfección. Todos conocemos la escena del suburbano y las faldas de Marilyn.

 

La de Rachmaninoff, menos conocida, no le va a la zaga.

 

¿Y qué decir de Con faldas y a lo loco de 1959? Hay que ver la película entera. Sin más. En I wanna be loved... está espléndida



Y también sabe emocionarnos.

 


El otro cambio de 1955 fue su viaje a Nueva York y su encuentro con el fotógrafo Milton Green; si vais a la foto, podréis ver más fotografías de Milton Green y Marilyn Monroe.



la creación de una productora, su paso por Strasberg, por el psicoanálisis, su matrimonio con Miller. De aquí parten dos películas donde intentó interpretar ese segundo papel en el que no pudo demostrar todo lo que hubiera querido. El primero es Bus Stop. Tenía esperanzas en comenzar una nueva etapa.

 

 Un primer intento dramático




El príncipe y la corista fue una pesadilla para casi todos. De ella se habla en el estreno de este año My week with Marilyn...



La película, la del Príncipe y la corista, es una delicia, a pesar de las dificultades que tuvo. Y ella está fantástica



Uno de sus mejores números musicales es "Mi corazón pertenece a papaíto" de El multimillonario.
En una película algo aburrida es lo mejor, sin duda. Está fantástica.




Es en ese momento cuando Arthur Miller y Marilyn Monroe se casan. Fue un matrimonio difícil, muy complejo, que dejó tras su ruptura, sin salida a Marilyn. La rueda de prensa en la que anunciaban su boda es extraña -se entiende mejor cuando se sabe que una periodista acababa de morir en un accidente de tráfico a escasos metros de donde se celebra esta rueda de prensa.

 

 De este matrimonio surgirá un guión, el de su última película, Vidas rebeldes. Dirigida por John Huston, Arthur Miller escribe un guión para ella. Es ella, o al menos, la visión que Arthur tenía de ella. Y Marilyn lo interpreta o se interpreta a sí misma con gran talento. Tal vez es su mejor papel, el último...

 

 Todos los actores de esta película están marcados. Marilyn Monroe -a punto de divorciarse de Arthur Miller- y Monti Clift, después de su accidente, destrozado por dentro y por fuera. Clark Gable, al que Marilyn consideraba el padre que nunca tuvo, murió de un ataque al corazón unos días después de terminar un rodaje extenuante.

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 Es una película de perdedores. Que luchan y saben que van a perder en la lucha. Es una película desesperada porque no hay salida para sus personajes, aunque Arthur Miller y John Huston en el último plano les den una oportunidad. La vida no se la dio a ninguno de ellos.


 En fin, como Clark Gable, dice al final, "eres un ángel"

 

 Quizá lo era... y no supimos verlo.

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