miércoles, 15 de febrero de 2012

LOS GRANDES OLVIDADOS (I): EL PUNZÓN Y LA GOMA DE BORRAR


EL PAÍS HALLADO UN LÁPIZ DE 2200 AÑOS

¿Un lápiz? O también llamado estilete o punzón. Descubierto en Villajoyosa.

¡Qué poca importancia damos a los lápices! Y son tan decisivos. Dio nombre a una escritura, la cuneiforme, por su forma de cuña. Sin él nunca hubiera habido escritura. Y sin la escritura, no hubiéramos podido transmitir nuestros conocimientos de generación en generación. Y cuando hablamos de cultura, siempre olvidamos a los lápices... ¡Cuánta ingratitud!
¿Qué haríamos sin los lápices? Tantas horas en las clases con ellos; siempre han estado allí y ni nos enteramos. ¡Cuántos alumnos de la Antigüedad estudiaban con el punzón o el stylus, hacían ejercicios de gramática o de geometría marcando y dejando una huella en las tablillas de cera y luego lo corregían cuando el maestro les decía que se habían equivocado!
Entonces los maestros eran "torturadores" profesionales, aunque tampoco era un oficio bien remunerado y los derechos del niño no eran respetados por entonces precisamente ni allí ni en ningún sitio.
Ahora ya en la era de la tecnología olvidamos que aún todavía necesitamos al humilde lápiz. ¿Cómo si no podríamos tocar las pantallas táctiles sin que tengamos que estar limpiándolas cada dos por tres? Ahí está el estilete para ayudarnos.
¿Y los pintores? Bien saben lo importante que es para ellos un lápiz.

Y la goma de borrar. Este stylus tenía ¡goma de borrar!
No siempre, como decía Rockalcohol, se puede dibujar sin goma de borrar...



Como nada es perfecto, la goma de borrar está para eso.
Cuando la necesitamos, como el lápiz, ahí la tenemos.
¿Qué sería del lápiz sin la goma de borrar? Son una pareja perfecta; y siempre nos acompañarán sólo para ayudarnos, sin que nos demos cuenta.
Son discretos. Y les olvidamos. Merecen que les tengamos en cuenta.
La próxima vez que cojamos un lápiz o una goma de borrar rindamos homenaje a estos dos grandes olvidados.
Y a veces 2000 años después vuelven a nosotros y nos recuerdan una parte de nuestra historia, de la vida cotidiana de esos hombres que luego serían romanos y con el paso del tiempo tomarían el sol en las playas valencianas y padecerían y se corromperían con el boom inmobiliario...
Pero eso es otra historia... de las que el punzón y la goma de borrar no son responsables.

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