La sombra de Tersites es alargada.
He leído un magnífico trabajo de Santiago Blanco sobre este personaje secundario del libro segundo de la Ilíada de Homero, que enlazo por si alguien desea leerlo completo.
Como ocurre siempre cuando partes de un buen original, las ideas fluyen y se expanden.
La figura de Tersites ha variado a lo largo del tiempo. La aristocracia homérica lo consideraba alguien risible, despreciable, tanto por su apariencia como por su comportamiento. Hasta llegar a la interpretación que encontramos en este artículo de opinión, escrito por Juan Manuel Aragüés, se han dado muchos pasos.
Algunos de ellos nos obligan a evaluar el papel de Tersites. Nos encontramos a un hombre cuya función parece ser la de criticar y denostar a los héroes, decirles lo que nadie se atreve. En la Ilíada no muere -Ulises se contenta con humillarlo-, pero en otra obra épica de un autor menor acaba sin vida a manos de Aquiles.
Si recorremos la historia de la literatura descubrimos al esclavo plautino, la commedia dell´arte o el personaje del bufón en Shakespeare: una mirada plebeya opuesta al poder o, al menos, que lo ridiculiza, bajándolo del pedestal.
"¿Quién me puede decir quién soy?", pregunta un rey Lear desesperado.
El bufón le responde: "Eres la sombra de Lear".
Épocas diferentes, interpretaciones diversas. Los mitos se transforman, se actualizan, se deforman, se parecen a los monstruos, como el propio Tersites, como el insecto de Kafka, al mirarnos en el espejo.
Laia, pintora del siglo I a. C., se autorretrató con un espejo. Velazquez se mira en otro en Las Meninas.
René Clair no abandona las conquistas del cine mudo en su primera película sonora, Bajo los techos de París.
Aparecen diálogos, una melodía que se repite, pero lo importante se cuenta sin palabras. El final feliz es una ficción; la recreación de este París, que ya no existe, es otra ficción. ¿Tal vez en nuestro mundo el silencio es ya otra ficción?
Jorge Volpi en La invención de todas las cosas nos habla de la ficción, es decir, de nosotros mismos. ¿Somos seres ficticios? ¿Creamos ficciones -sobre todo, el arte- para sobrevivir? ¿Lo que llamamos realidad, nuestra percepción de la realidad, no será otra ficción? El recorrido por toda la Historia del arte -sobre todo, la literatura, pero también la pintura, la música, la fotografía, el cine-, de la filosofía o de la ciencia le sirve a Volpi para desentrañar y intentar comprender estas ficciones.
Hay ficciones y mentiras. Hay ficciones criminales, ficciones literarias, científicas...
Necesitamos ficciones que nos sostengan y nos aparten del absurdo y el sin sentido.
¿Somos el sueño de una sombra, como diría Píndaro? ¿O la sombra de un sueño?