domingo, 3 de febrero de 2019

NUBES DISPERSAS




Todo cinéfilo en Occidente conoce a Mizoguchi, a Kurosawa o a Ozu. Sin embargo, hay un cuarto nombre que casi nadie menciona: Mikio Naruse. Quizá porque siempre se ha pensado que un autor de melodramas no estaba a la altura de los otros tres. Es un error. Es también uno de los grandes.
Muchos, al ver sus películas, pensarán en otro gran director de melodramas, Douglas Sirk. Es comparable, sin duda, en muchos aspectos, aunque no se puede olvidar la procedencia de ambos. Sirk es americano de adopción, aunque de origen europeo; pertenece a la industria de Hollywood, con sus luces y sus sombras y a Occidente. Naruse era japònés y su cultura está ahí, presente en cada una de las decisiones que toman sus personajes.

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En su última película, Scattered clouds, Nubes dispersas, la historia no podría ser más sencilla.
Una mujer pierde a su marido en un accidente de tráfico. El hombre que lo ha matado, sintiéndose culpable, intenta ayudarla económicamente, pero ella no le perdona. Acaban coincidiendo en el mismo lugar, intentando rehacer sus vidas. No pueden evitar enamorarse, pero el pasado está ahí; no son capaces de olvidarlo. El suyo será un amor imposible...

Hay pocos que sepan narrar como Naruse, que consigan que comprendamos a los personajes, los sintamos cerca. Y Naruse nos lleva hasta el final, aunque sepamos que, como mucho, sólo les quedará el recuerdo de lo que pudo ser.

Ella, a mitad de película, recuerda momentos, instantes de felicidad, vividos con su marido en el lago.

Otros surgen, más tarde, en ese mismo lago, entre ella y el hombre del que se ha enamorado.

Cuando los dos se separan -seguramente, para siempre-, nuestros protagonistas en los últimos planos de la película se quedan solos. Él mira por la ventanilla de un tren; ella, camina al borde del lago.

Sabemos que ambos recordarán esos pocos momentos que han vivido juntos, en los que dos personas se han comprendido y se han amado.

Vuelvo a Dostoievski.

"Creo en la vida eterna en este mundo; hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad".



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