viernes, 25 de junio de 2021

TANKA: POETISAS Y ESCRITORAS DEL PERIODO HEIAN

 


El color de las flores 

se va desvaneciendo:

así pasa mi vida, vanamente,

envuelta en tristes pensamientos 

viendo caer las largas lluvias.

Ono No Komachi. Traducción: J.M.Bermejo y Teresa Herrero.


Pasan los días 

pero nunca me olvido 

de aquel encuentro 

cuando tú y yo nos vimos

aquel otoño...


Tu sombra, al menos,

que viva permanezca

entre mis lágrimas, 

aunque lejos el otoño te lleve,

sin saber mis penas.

Izumi Shikubi. Diario. Traducción: Akiko Imoto y Carlos Rubio.


Sé que voy a morir,

pero me gustaría llevarme al más allá 

un último recuerdo.

¿Por qué no me concedes

una última cita?

Izumi Shikubi. Diario. Traducción: J.M.Bermejo y Teresa Herrero.


Encuentro inesperado:

cuando me preguntaba si era él o no lo era,

la luna se ocultó de repente

por detrás de una nube.

Murasaki Shikibu. Genji Monogatari. Traducción: J.M.Bermejo y Teresa Herrero.


Las malas hierbas son tan espesas 

que apenas se ve el camino

que conduce a mi casa.

Crecieron mientras esperaba

a alguien que nunca llegó.

Sojo Henjo. Traducción: Xavier Roca Ferrer de una traducción al inglés de Donald Keene. 


Recuerdo una mañana clara... Había llovido durante toda la noche. A pesar del sol las gotas del rocío

aún cubrían los crisantemos del jardín. En los cercos de bambú y las varas de los setos veía telarañas.

A medidas que sus hilos se quebraban, las gotas de lluvia quedaban colgando de ellos como perlas de 

un collar... Poco a poco el rocío fue desapareciendo del trébol y de las otras plantas en las que se

había posado. Las ramas, más livianas, se agitaron casi imperceptiblemente y luego, de repente 

y con toda armonía, se alzaron... 


pero ahora me doy cuenta de que, así como inevitablemente 

brotan las lágrimas, como dice el poema, del mismo modo estas notas dejarán de pertenecerme...

Sei Shonagon. Libro de la almohada. Traducción: Amalia Sato. 


Todo en este mundo es triste y acaba por fatigar. Pero desde ahora en adelante ya no temeré nada. 

Que los demás hagan y digan lo que quieran... y cuando en mi espíritu la importancia de las 

cosas de este mundo haya quedado reducida a la del rocío, haré cuanto esté en mi mano para convertirme

en una persona sabia y santa.

Murasaki Shikibu. Diario. 


Estoy tan sola...

Mi cuerpo es una brizna de hierba flotante, 

separada de sus raíces.

Si hubiera un río cerca,

me dejaría llevar por la corriente.

Ono No Komachi. Traducción: Javier Roca Ferrer de una traducción al inglés de Donald Keene.