En las dos últimas semanas han muerto dos clásicos. El cine no sería lo mismo sin ellos.
De Kirk Douglas qué decir. Sobre todo en los cincuenta y sesenta participó como actor y, a veces, como productor, en películas que han marcado a varias generaciones de espectadores.
Hablo de Retorno al pasado, Espartaco, Vikingos, El gran carnaval, Senderos de Gloria, Carta a tres mujeres, Cautivos del Mal, El loco del pelo rojo, Duelo de Titanes o Ulises. Dos de ellas siempre las pongo en mis clases; para mí siguen siendo las mejores adaptaciones del esclavo rebelde -el yo soy Espartaco sigue emocionándome, aunque lo haya visto una y otra vez y no fuera cierto; el verdadero Espartaco murió en la batalla y su cadáver nunca se encontró. Pero ya se sabe, el arte miente y debe hacerlo- o de un Ulises que, en mi opinión, nadie ha superado, más complejo de lo que parece desde una primera mirada superficial.
Es difícil elegir. Cada una de ellas tiene escenas impresionantes.
Que sean dos y dos finales:
la del Gran Carnaval. Cuando la vi en el cine, días después del "espectáculo" de Ermua y el asesinato de Miguel Ángel Blanco, mi acompañante y yo pensamos lo mismo: cómo convertir una muerte en un espectáculo. Billy Wilder nos lo había contado cincuenta años antes. Y Kirk Douglas lo había interpretado a la perfección. Y el periodismo, como algún caso de hace unos meses ha vuelto a mostrar, sigue en esa misma línea.
el de Senderos de Gloria. Una película antimilitarista que termina con un momento tierno y emotivo. Más allá de la hipocresía, la mentira de los altos mandos,
siempre nos quedará la humanidad de la gente corriente, de los parias, las víctimas de siempre.
¿Más humano que Jose Luis Cuerda? Imposible. Hizo alguna buena película, pero todos le recordaremos por Amanece que no es poco, un clásico entre los clásicos.
"Todos somos contigentes; sólo tú eres necesario". "Esto es un sin Dios". "¿Cómo se le ocurre copiar a Faulkner, insensato? Aquí es una institución". "Cojito para toda la vida". Y más frases míticas. Me quedo con el profesor y sus métodos de enseñanza. Únicos. El gran Cuerda.