Ha muerto Leopoldo Emilio Panero.
Cuando me hablan de los Panero siempre me viene a la mente uno de los mejores documentales de la Transición, por no decir, uno de los mejores documentales del cine español:
El desencanto de Jaime Chávarri.
Nunca una familia con todas sus miserias se ha desnudado de manera tan brutal.
Y lo hicieron a sabiendas, asumiendo toda la responsabilidad de sus actos.
20 años después Ricardo Franco consiguió que los tres hermanos hablaran y recordaran...
Uno sobrevivía como podía; el otro salía y entraba del psiquiátrico y el tercero vivía en una finca no queriendo saber nada de sus hermanos.
Sin llegar a la altura del desencanto,
Después de tantos años, es una triste reflexión sobre el paso del tiempo, el malditismo y el genio.
Los Panero no serán recordados por los grandes medios; cuando mueren, no reciben homenajes ni les ponen una calle a su nombre. No lo buscaban; eran valientes y suicidas.
Amaban la vida; odiaban la sociedad en la que vivían.
Les comprendo; les comprendemos... Y admiramos su poesía, su obra...
