El protagonista, un anciano, pela una manzana. Cuando termina de hacerlo, deja caer la piel y se hunde en la silla; sabe que se ha quedado solo. Después, un plano del mar... Fin.
Comen, van en el tren a Tokio, asisten a una representación de teatro kabuki, hacen el último viaje juntos, a Kyoto...
Un paseo en bici que, sin palabras, nos habla de libertad. Silencios o miradas cómplices, de tristeza, alegría, decepción, dudas... Planos vacíos de un pasillo o el de una colina, el de dos bicicletas, un jarrón o, simplemente, el de unas revistas que caen de la silla, se transforman en una emoción y una historia por sí mismas.
Situaciones cotidianas, tratadas con delicadeza y sensibilidad, que nos trascienden y acercan a la verdad de las cosas.
La poética zen: la ley de la vida, el fluir de la naturaleza, aceptar la finitud, el cambio, la soledad...
La poesía de Ozu nos habla del paso del tiempo, de la muerte y de la vida...