jueves, 23 de agosto de 2018

ELISA K


Elisa K está basada en una novela de la escritora catalana Lolita Bosch.
Elisa K trata de una violación; la sufre una niña de once años. Es violada por el amigo de su padre, sin que éste se entere. La madre intuye que algo ha ocurrido, pero no logra que su hija lo cuente.
Elisa K olvida, se protege.
Elisa K recuerda todo catorce años después; lo vomita.

Sabemos lo que va a ocurrir: la violación, el recuerdo que vuelve de repente. La voz en off - el narrador cuenta lo que la niña no puede articular- nos avisa con antelación.
No vemos la violación; la reacción de la niña y de la mujer adulta nos hace comprender su dolor.
Es una película sensorial: los sonidos, los olores nos devuelven al pasado...

Este punto de vista es lo que distingue a esta película de otras, la que hace que sea diferente.

Hay dos escenas con el padre que me emocionaron.
En la primera, él se despide de sus hijos -incluida Elisa- en la estación de tren. El padre lo ignora; nosotros sí lo sabemos: su hija ha sido violada el día anterior. Cuando se pone el tren en marcha, les hace muecas a través de la ventanilla para que se rían...


Años después su hija le cuenta lo que ocurrió. No escuchamos gran parte de la conversación; los vemos a través de otro cristal, el de un bar. El padre se derrumba.

Elisa K. Magnífica literatura; gran cine.




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